El modernismo se instala en el IVAM
Un viaje expositivo de Gaudí a Picasso a través de 125 obras refleja la actividad y el espíritu que marcó el arte europeo durante el siglo XX
PPLL
Martes, 16 de marzo 2010, 14:31
Tiempo de emoción y crisis, tiempo para viajar en menos de una década del optimismo a la oscuridad, tiempo para decir adiós a un siglo y dar la bienvenida a otro. La teoría del eterno retorno de Nietzsche se cumple a rajatabla hoy, con la crisis posterior a la emoción, con el pesimismo que continuó a la reciente euforia, con el siglo recién empezado.
Aquel modernismo con el que arrancó el siglo XX, del que da fe el IVAM a través de la exposición que se inauguró ayer y que permanecerá abierta hasta el 27 de junio, brotó de un terreno abonado con fermentos muy similares a los que impregnan el terreno actual. Quizá por ello algunas de las 125 obras de arte que componen 'De Gaudí a Picasso' continúen manteniéndose vigentes.
La muestra alberga 58 pinturas, 33 dibujos, nueve esculturas, 22 elementos ornamentales, tres maquetas y un audiovisual que explican aquella apertura hacia el exterior, el nacimiento de un espíritu metropolitano, la fuerza de un sentimiento entusiasta y de reacción frente a la modernidad.
La exposición combina el negro enlutado de señoras de bien, el lino de veraneos de clara influencia parisina, el miedo a que el progreso se tragase a los hombres, la ansiedad de no perder el ritmo de los avances y el espíritu crítico de los artistas que reflejaron cómo las nuevas ciudades generaban nuevas miserias.
Los fondos cedidos por museos como el Thyssen-Bornemisza importancia, Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC), Museo Picasso, Museo del Prado, así como fundaciones, galerías y colecciones privadas permiten al IVAM, que también aporta obras de su colección, exponer piezas de Gaudí, Rusiñol, Mir, Anglada, González, Sunyer, Nonell, Picasso, Hugué, o Canals.
Tomàs Llorens coordina 'De Gaudí a Picasso', un proyecto que define como la explicación de los sentimientos de «emoción y crisis» que alimentaron el período artístico del modernismo catalán.
La explicación del título de la muestra pretende apoyarse en la excepcionalidad de los dos artistas, en el caso de Gaudí por ser un referente, con su obra, del pensamiento modernista; y en el caso de Picasso por ser un gran símbolo de lo mucho que ese modernismo influyó en el arte moderno posterior.
Lo figurativo impera, predomina una pincelada luminosa, un gusto por el buen tono, si bien en algunos casos, las formas y los fondos sugieren algo de lo que las posteriores vanguardias artísticas se encargarán de llevar al extremo.
La pintura y el dibujo dominan 'De Gaudí a Picasso', si bien se hace hueco el diseño y la arquitectura de espíritu marcadamente gaudiniano. La exposición arranca con óleos sobre lienzo donde se plasma el arranque del espíritu metropolitano, un naturalismo luminoso y el ambiente de cafés y reuniones de clara influencia parisina.
Los dibujos firmados por Casas sirven para dar paso a la corriente espiritualista, asociada en parte a la actividad del Cercle Artístic San Lluc, al que perteneció Gaudí, y donde se reniega del progresismo materialista y el positivismo que inspiró los inicios de la Belle Epoque y empleó los recursos del simbolismo.
Del optimismo a la oscuridad
Mir y Anglada aportaron a este panorama obras en las que se aprecian coincidencias con el modernismo de otros centros europeos, como Bruselas, Munich o Viena.
Antes de abordar el último tramo de la exposición, la obra de Gaudí protagoniza un extenso documento audiovisual, acompañado de maquetas y planos de edificios míticos como La Pedrera, y de elementos decorativos del interior de las viviendas modernistas de aquella época.
La tercera y última etapa de la muestra del IVAM sirve para exhibir dibujos, esculturas, pinturas y aguafuertes de González, Sunyer, Picasso y Nonell.
El naturalismo y realismo de buen tono con el que se inicia el recorrido se transforma en extremos que van de obras oscuras y turbias (no perderse 'Comida Frugal' de un Picasso miserabilista) a un colorido que anunciaba el venidero impresionismo.
Preguntado por si el modernismo catalán podría ser asimilable al desarrollado en la Comunitat, Tomàs Llorens rechazó este punto, ya que entonces se produjo una «bifurcación: mientras Catalunya seguía el camino del industrialismo, Valencia escogió el de la transformación agraria».
Consuelo Ciscar, directora del IVAM, recalcó que el modernismo «no nació de manera aislada, sino que fue reflejo de una corriente europea que llevaba consigo aires de cambio y progreso en todas las disciplinas sociales y culturales y provocó una enorme transgresión con el pasado y un punto de encuentro que conformaría las tendencias del siglo XX».
Con motivo de la muestra se ha editado un catálogo en el que se incluyen textos donde se reflexiona sobre el modernismo y su posterior repercusión en el arte del siglo XX. Se trata de una serie de reflexiones realizadas Tomàs Llorens (comisario de la exposición), Daniel Giralt-Miracle (comisario específico de la parte dedicada a Gaudí), Boye Llorens, Mercé Doñate, Marilyn McCully y Francesc Fontbona.
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