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Julio Aparicio se enfrenta a un cuarto toro que no le permitió lucirse, ayer, en el coso de la calle Xàtiva. :: JUAN JOSÉ MONZÓ
Debacle artística
Culturas

Debacle artística

Una faena de Morante, algún natural de Aparicio, el quite de Cayetano y se acabó

JOSÉ LUIS BENLLOCH

Viernes, 19 de marzo 2010, 02:16

Fue la tarde de la debacle artística. En el sentido directo y en el doble sentido. Respecto a los toreros y respecto a los toros. Claro que aún pudo ser peor. No hay que olvidar una manojo de pinceladas de buen gusto que firmaron los maestros. Un natural de Aparicio, bueno dos, tres. Una faena de Morante sin mucho apretura, faltaba toro, pero con cositas para relamerse. Y cuatro arranques de Cayetano. Eso fue lo que dio la tarde que en realidad acabó una vez arrastrado el tercer toro. A partir de ese momento las tinieblas, se les hizo la noche a los artistas y se esfumaron las musas.

También hubo debacle artístico/ganadera. Los juanpedros siguen sin justificar su inclusión en la feria y uno año más dieron motivo para el cabreo general. Chicos o mejor dicho anovillados los tres primeros, más aparentes pero sin gracia los tres últimos y lo que es peor sin dar sensación de bravura, era una nobleza docilona como en el caso de los primeros o claudicante como el sexto, incluso hubo un toro cabreado como el quinto por cierto conocido desde el año pasado por sus viajes a diversas plazas que no es detalle determinante pero afea sobre todo si no embiste.

La plaza se llenó o casi al reclamo de los artistas. Era combinación llena de morbo de las llamadas a repetirse a otras plazas de postín. En Sevilla por ejemplo. Son envites en los que cabe todo. Algo así como apostar a todo o a nada. Eso se sabe y nadie se llama a engaño por mucho que si no sale premiado como ayer acaben mostrando su disgusto y cabreo subiendo los decibelios de la bronca y hasta haciendo volar las almohadillas que en nuestra plaza lo mismo sirven para expresar jubilo que para disparar los cabreos. En realidad las broncas en las tardes de los artistas forman parte de la tradición. Más aún, pobre del artista al que los públicos no abronquen con crudeza y fruición, será la señal más clara de que empieza a dejar de ser artista. En ese sentido la despedida a Morante ayer fue de artista grande.

Lo recuerdo perfectamente camino del patio de cuadrillas. Capotillo al brazo, paso elegante, ni muy ligero para que nadie pueda interpretar que se quiere escaquear, como diciendo la bronca es mía, ni demasiado lento para no caer en el masoquismo. Morante se sabe el papel y llegando al umbral de la puerta, ayer se vio, cuando más arreciaban los vituperios, se quitó la montera ceremonioso, impasible el gesto, sumisión de artista, er respetable tiene rasón, y con un vayan ustedes con Dios, pareció despedirse hasta la próxima. No se altera, ningún artista grande se altera en estas situaciones, sobre todo porque sabe que er respetable le jama, quiere decir que el publico le quiere y en la próxima no solo volverá a verle si no que en cuanto meza el capotillo o haga tal o cual mohín sonreirá admirado y no solo eso, en cuanto se reúna con un toro como Morante se reunió ayer con su primero, clamará al cielo como si hubiese visto a Dios nuestro señor. Quizás suene a exagerado y un poco sí lo es, hasta puede que alguien me tilde de irreverente, pero con Morante inspirado seguro que el Creador sería morantista. Son privilegios de los artistas.

Ayer Morante le cuajó una faena preciosa aunque de no mucho peso al jabonero segundo. No llega a ser Morante y aquella embestida tontona no hubiese tenido soluciones artísticas pero el de la Puebla se confió, metió la barbilla en el mentón, se dejó caer sobre los riñones, le dio suelta a los sentimientos, era cosa de muñecas y cintura y los muletazos por el lado derecho surgieron con fluidez e inspiración. Creativo, con mucha armonía, en Andalucía le dicen a compás, la faena fue mucho más allá de lo que hacía suponer el toro. La deficiente estocada y que con la zurda la cosa no mantuvo el nivel hizo que el premio se redujese a una sentida ovación. El mismo publico embelesado que hasta ese momento le había aclamado cuanto hizo, ya he contado que se transformó en pura furia cuando Morante macheteó a la defensiva al cabeceante y descompuesto quinto. Por cierto, qué fuera de sitio anduvo su banderillero de confianza, Lili, dando voces y gesticulando. Eso no es de artistas ni es correcto.

Cayetano puso animo y decisión toda la tarde pero no le salió casi nada. Lo mejor fue un quite por cordobinas, especie de tijeras con el capote cogido como si fuese a dar unas navarras que me cuenta José Luis Ramón se debe al mejicano Jesús Córdoba. Le salió bordado y le ovacionaron con fuerza. La faena tuvo pasajes de interés y buen gusto sobre la mano derecha y no llegó a cuajar sobre la izquierda.

Su segundo, un colorado precioso que apuntó de salida a gran toro perdió crédito cuando empezó a blandear. Lo suyo era una calidad claudicante que no nos podía llevar a ninguna parte. Una pena por Cayetano que siempre recargaba sus prestigio y moral en esta plaza y por los aficionados que conservaron la fe en el arte hasta el ultimo momento y tuvieron que enfilar el camino del casal sin un triunfo que llevarse al corazón.

Anteriormente Julio Aparicio, otro torero de culto, hizo cosas tan preciosas como breves en su primero y no acabó de animarse a poner la muleta adelante para someter al cuarto que no humilló pero nos dejó la duda de si Aparicio. claro que si Aparicio hubiese hecho eso que todos pensamos, poner la muleta adelante, enganchar y tirar del toro no sería Aparicio. Con el cartel de hoy cabe otra exigencia, posiblemente no sea justo pero es así, siempre lo fue, los artistas son los artistas y tienen sus privilegios. Es más no engañan a nadie, lo de ayer entraba en las quinielas más probables.

Los heridos se recuperan

Al cierre de estas líneas, Cayetano estaba siendo sometido a un examen radiológico de su mano derecha tras la tremenda voltereta cobrada ayer ante el primer toro de su lote. El torero madrileño abandonó la plaza con evidentes signos de dolor y en la mente de todos estaba el deseo de que no sufriera una fractura. Los otros heridos de la feria se recuperan muy bien de sus heridas. Daniel Luque ya ha sido trasladado a Sevilla y salvo sorpresa será dado de alta en las próximas horas de la cornada que le desgarra el músculo tibial de la pierna derecha. Otro diestro que ya ha sido de alta es el mexicano Arturo Macías, que pese a la cornada recibida en el muslo sigue en Valencia disfrutando de la feria y de una ciudad en fiestas. Por su parte, Miguel Tendero reaparece hoy mismo en Ontur con los puntos de la herida aún frescos. Peor lo tiene el cordobés José Luis Moreno, herido grave en Castellón y que no ha recibido el alta médica.

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