

Secciones
Servicios
Destacamos
S. MASCARELL
Sábado, 24 de abril 2010, 03:11
El taller de Héctor Peiró es un espacio luminoso, ruidoso y masculino. El mundo del tallado de piedras requiere de cierta rudeza (ahora menos que hace un siglo porque la tecnología ayuda y mucho) pero entre pulido y pulido de granito se escuchan las potentes voces de los trabajadores cantando el bolero que suena atronadoramente en los altavoces. Pero las melodías apenas se reconocen entre el repiqueteo de las máquinas. El escultor gandiense suele estar sumido en sus creaciones en una de las esquinas del taller, abstraido en la creación y lejos de la orquesta de sierras, pulidoras y muelas de tallar. Al tiempo que da recomendaciones a sus trabajadores sobre los acabados de la lápidas y otros objetos tallados en piedra, diseña y arranca a la piedra una Virgen, que luego copiarán empresas dedicadas a la fabricación en serie de lápidas.
-¿Cómo se puede luchar por la propiedad intelectual de estas obras?
-Es prácticamente imposible. Una empresa, harta de que le copiaran los bajo relieves de las lápidas decidió patentarlas, pero no le sirvió de nada porque otras industrias variaron ligeramente la pieza y la pudieron seguir copiando igualmente. Es difícil luchar contra esto porque el trabajo del escultor se puede copiar a través de lectura láser. Al final, hemos quedado pocos escultores artesanos en la Comunitat que nos dediquemos a crear nuevos motivos. Soy escultor pero no me siento artista sino artesano. Hoy cualquiera se considera artista y eso no debería ser así.
-Al menos tiene la tranquilidad de que su escultura y el medallón de la Marquesa María Enríquez es única y no será copiada jamás?
-Si, aunque todo es relativo. Todos copiamos de todos. Nos apropiamos de los descubrimientos de otros escultores y lo personal o lo original de cada autor está en la mezcla que sale de sus manos. Incluso cuando realizo algún retrato, siempre busco una característica que me identifique como autor. Miguel Angel respondió a un comentario impertinente de una persona que dijo que sus retratos no se parecían al personaje real: «Si no se parecen, ya se parecerán».
-¿Está satisfecho con su obra?
-Un profesor que tuve cuando cursé bellas artes decía que es buena señal no sentirse nunca satisfecho con tu obra. Significa que todavía tienes afán de superarte y evolucionar. En cuanto a esta obra en concreto, estoy condicionado porque es un retrato de una mujer histórica. La ropa y el peinado tienen los elementos del siglo XV pero desde una óptica personal. He buscado movimiento y femenidad.
-La imagen de la marquesa irradia una atmósfera soñadora e incluso distraída. ¿Por qué la ha recreado en ese trance?
-La idea surgió al leer su biografía. Ella salió de monja y era muy culta por eso la he retratado con ese aire intelctual y distraido.
-¿Le gustaría realizar alguna escultura en especial para Gandia o ha pensado en algún rincón de la ciudad que esté esperando esa obra para darle vida?
-Más de 10, ríe continuamente. Me gustaría hacer una escultura monumental en hierro. Algo muy grande. Sin las ataduras del tema opara que pudiera ejecutar lo que tengo en mente con libertad.
_Por cierto, ¿Cómo puede soportar este ruido?
-(Héctor Peiró ríe) El ruído es en ocasiones prácticamente insoportable y es precisamente por lo que a veces cantamos en voz alta. O cantas o te vuelves majara . Sin embargo, mé resulta más extraño o inquietante, cuando de repente hay algún momento de tranquilidad en el que las máquinas no están en marcha.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El mastodonte de Las Contiendas y las diferencias con un mamut
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.