Borrar
Urgente La OTAN desmiente a Sánchez y asegura que España tendrá que gastar un 3,5% de su PIB en defensa
PROBLEMAS EN LA SGAE MALOS TIEMPOS PARA LA SOCIEDAD DE AUTORES TOROS JOSÉ TOMÁS RECIBE EL ALTA MÉDICA

SOROLLA HACE REFORMAS EN SU CASA DE NUEVA YORK

LAS PROVINCIAS recorre la Hispanic Society, el edificio al que ya han regresado los cuadros del pintor

MIKEL LABASTIDA

Domingo, 2 de mayo 2010, 11:18

Desde la estación de metro de Chambers, en el downtown de Manhattan, hay que recorrer 23 paradas para llegar a la 613 West con la 155. Se tarda alrededor de media hora en cruzar la isla para entrar en el meollo de un barrio que poco tiene que ver con otras zonas de Nueva York, el Harlem. Allí los viejos garajes y gasolineras no se han convertido en lujosas galerías de arte como en Chelsea, los refugios económicos de artistas no han acabado transformados en exclusivas tiendas de ropa como en el Soho y la mayoría de viviendas siguen siendo humildes y no han experimentado un cambio tan glamuroso como el que sacudió a la zona de Tribeca, el distrito en el que duermen los yuppies de la ciudad.

El Harlem no es ya aquel peligroso enclave en el que en cualquier esquina podía aparecer una banda callejera tipo The Warriors aunque tampoco es una zona residencial idílica, por mucho que Clinton haya trasladado su despacho allí. Quedan aún numerosas Precious.

En este variopinto emplazamiento se halla la residencia neoyorquina de Sorolla, donde descansa su último legado, los archinombrados paneles de 'Visión de España', las pinturas que en los últimos años han sido protagonistas de un exitoso periplo por nuestro país.

Ese lugar es la Hispanic Society de América, singular edificio fruto del sueño de un filántropo americano que desde niño quiso fundar un museo con las obras españolas que compraba en sus viajes. Y Archer Milton Huntington, aquel que a los 12 años leyó 'Los zincali', lo consiguió. Allí, en una de sus salas, desde 1926 se exhiben las 'Visiones de España' y no se habían descolgado hasta 2007, que viajaron por primera vez a Valencia.

Y mientras los cuadros estaban de itinerancia se planeó la reforma. «Hace diez años que se ideó la mejora de las salas de la Hispanic. Ha sido un proyecto que se ha detenido en varias ocasiones y que creíamos que nunca se iba a acometer pero, cuando los sorollas se fueron a España, se retomó la idea y salió adelante», explicó la arquitecta María C. Romañac, que desde su despacho Berdell Buckley de Pensylvania ha planeado la restauración.

La Hispanic descubrirá su nueva imagen tras las obras el próximo jueves, fecha en que se reabre el museo y se inaugura la Bancaja Gallery, sala en la que descansan de vuelta los sorollas. LAS PROVINCIAS ha recorrido las instalaciones días antes de su reapertura.

Nueva puerta en la sala

A 'Visión de España' el viaje le ha sentado de maravilla. Reinstaladas lucen mejor que nunca. «Nunca volverán a salir de aquí», recuerda el director del museo, Michel Codding. Nada queda de aquella sala oscura con paredes revestidas de madera. Los 14 paneles están colocados a una altura de 1,25 metros del suelo (antes lo estaban a dos) para que los visitantes puedan alcanzarlos con su vista y sea posible vislumbrar cualquier detalle de cada lienzo. El único que continúa con su altura original es 'El encierro' que, al mantener su ubicación sobre la entrada, no ha podido descender. Ahora en lugar de una, hay dos puertas de acceso a la sala.

«Una de las principales preocupaciones era la luz que entraba a la sala. La claraboya original, de 1909, ha sido sustituida por una aislada cubierta de acero y cobre que filtra los rayos violetas y ya no causa reflejos sobre las pinturas. No entra luz natural. El espacio está iluminado con unas bombillas especiales que funcionan dentro de un diseño de iluminación orientado hacia los cuadros y no al centro de la sala», detalla Maria C. Romañac.

La sala, que fue diseñada en su día por el arquitecto Charles Pratt Huntington, fue en principio, además de depositaria de las obras del pintor valenciano, una biblioteca. Hoy las mesas y las sillas que ocuparon la estancia han desaparecido y el vacío reina en la habitación para que los protagonistas sean los paneles. Michel Codding afirma que no tiene claro si colocará algún asiento en el centro de la sala. Por si acaso, en el almacén aguardan unas preciosas sillas de Mies Van der Rohe, que ha adquirido la institución según confiesa Romañac.

'La fiesta del pan', 'Los nazarenos'y 'La jota', entre otros, lucen ahora sobre paredes de color rojizo (basado en la paleta original de colores de la galería) y con marcos nuevos, que se parecen bastante a los ideados en su día por Sorolla. Además se ha instalado a ras de suelo un sistema de conductos para el aire acondicionado que permite a la sala mantener unas condiciones de temperatura y humedad estables. Está recubierto por un cajón de madera (en sintonía con los marcos) de cerezo de África, que lleva por nombre Makore.

La restauración ha culminado con la reparación del suelo de mosaico, en el que habían aparecido numerosas grietas.

Y así se distinguirá con esplendor la sala de 260 metros cuadrados el 6 de mayo en un acto al que no está previsto que acuda ni el presidente de la Generalitat Valenciana ni la alcaldesa de Valencia.

En definitiva son los mismos cuadros que durante cuatro años han conseguido récord de visitas en el Centro Cultural Bancaja, en el Prado o en el Bellas Artes de Bilbao que, cual hijos pródigos, han regresado al hogar. Pero ahora se exhiben en un entorno renovado que les da un nuevo brío. Lo mismo pero reinventado.

Y eso es muy de Nueva York, que es la ciudad que más sabe reinventarse. Allí un antiguo matadero es hoy un barrio de moda, las vías del tren se han transformado en jardines elevados y una fábrica de galletas sirve ahora de lujoso mercado. Lo mismo, pero diferente.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias SOROLLA HACE REFORMAS EN SU CASA DE NUEVA YORK

SOROLLA HACE REFORMAS EN SU CASA DE NUEVA YORK