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Un bote navega sobre un mar de petróleo cerca de Louisiana. :: AFP
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El vertido del golfo de México toca a Obama

Los vientos y el fuerte oleaje complicaron ayer las tareas de limpieza en el litoral cercano al delta del Mississippi El presidente viaja a Luisiana para evitar una imagen similar a la de Bush por el 'Katrina'

JUAN PABLO NÓBREGA

Domingo, 2 de mayo 2010, 03:37

Con la gigantesca mancha de petróleo amenazando cada vez más kilómetros de costa y sin ninguna señal de que el flujo de crudo pueda controlarse pronto, decenas de ciudades de los estados de Luisiana, Alabama, Mississippi, Texas y Florida se preparaban ayer para afrontar un desastre ambiental cuyas consecuencias podrían exceder con mucho los efectos de los huracanes más devastadores que han azotado la zona.

Por primera vez desde que se incendió la plataforma el pasado 21 de abril, el Gobierno estadounidense cuestionó abiertamente a la multinacional británica BP por el manejo de la situación, considerando los recursos empleados para contener el vertido como «inadecuados». En la misma línea, el gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, afirmó estar «preocupado porque los recursos dispuestos por BP no son los idóneos».

A estas horas, sin embargo, el norteamericano medio es mucho más escrupuloso con la acción de su Gobierno que con el papel que pueda jugar la compañía petrolífera en hallar soluciones. Como ocurrió cuando el 'Katrina' golpeó esta misma área en 2005, la mayoría de las miradas se han vuelto hacia Washington por lo que muchos consideran una reacción lenta de la Administración Obama, que hasta este viernes no dio el paso de movilizar a la Marina a la vez que aprobaba la declaración de zona catastrófica. Algunos de los críticos van más lejos y destacan que ya es demasiado tarde por mucho que en las últimas horas la Casa Blanca quiera aparentar control de la situación y haya multiplicado el número de efectivos y otros recursos tecnológicos.

En medio de ese ambiente, el presidente inicia hoy una visita a Luisiana para seguir de cerca la magnitud del desastre ecológico y comprobar de primera mano la respuesta federal. Para Obama es prioritario enviar un mensaje de que el Gobierno lidera con mano firme todo el operativo y evitar que se cree una imagen similar a la de George Bush y su desafortunado manejo de la crisis del 'Katrina'.

Trabajo contrarreloj

Los vientos y el fuerte oleaje durante toda la jornada de ayer complicaron los trabajos de limpieza, sobre todo en el litoral cercano al delta del Mississippi, un área en la que abundan los espacios naturales vírgenes y donde se encuentran algunos de los ecosistemas más valiosos del golfo de México. A pesar de ello, unas 6.000 personas y centenares de barcos trabajan contrarreloj para tratar de minimizar el impacto del chapapote. En el corazón del vertido, los técnicos utilizaron varios vehículos submarinos para lanzar productos químicos en el lugar de la fuga, a más de 1.500 metros de profundidad. Se desconoce, de momento, si estos productos podrán ser efectivos.

Mientras, el diario de Alabama 'The Mobile Press-Register', citando fuentes de la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera, reveló que se habían descubierto dos nuevos puntos de fuga en el conducto del pozo accidentado. «Si el tubo se sigue deteriorando, el flujo podría resultar incontrolable y el volumen liberado podría ser de una magnitud superior a la imaginada», asevera este medio de información.

En un intento de evitar nuevos accidentes en alta mar, las autoridades estadounidenses ordenaron el cierre dos plataformas cercanas y han evacuado una tercera ubicadas cerca de la gran marea negra, que se propaga por el golfo de México.

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