Ford Almussafes fabricará el C-Max para América y dos modelos eléctricos

Ford confirmó ayer que Almussafes es la joya la de su corona. La multinacional, que ha dejado de pensar por continentes, definió ayer su estrategia con hechos. El gigante americano cogió de la mano a la planta valenciana y la ensalzó hasta convertirla en el modelo a seguir por todas las factorías del mundo.

En la Comunitat ya se fabrica el Fiesta y el C-Max (de cinco y siete asientos) en exclusiva en Europa mientras que se montará el Focus hasta junio del año que viene. Además, Ford anunció ayer que Almussafes será el único que fabrique el C-Max para el mercado americano (allí sólo se venderá el de siete asientos) y que montará en exclusiva las dos versiones híbridas del C-Max que la multinacional va a vender, de momento, en Europa.

Hasta ahora, ninguna fábrica generalista de coches de Europa había sido capaz de fabricar vehículos que se vendieran en Estados Unidos. «Se abre una nueva era de fabricación», aseguró ayer John Fleming, presidente de Ford Europa.

Almussafes ha roto barreras. Ha pasado de ser el hermano pequeño de Alemania (la planta de Saarloiuse le arrebató el Focus hace un año) a la mano derecha del jefe. En Kentuky (Estados Unidos) ayer estaban muy disgustados. Daban por seguro que Ford, como norteamericana que es, iba a adjudicarles la producción del C-Max para su propio mercado. Ni se planteaban que pudierán perder una parte de producción y mucho menos que iba a ser una fábrica española la artícife de su fracaso.

Pero así ha sido y, todo ello, porque la factoría de Almussafes ha demostrado que no sólo es competitiva sino que tiene un entorno que le ayuda. El puerto de Valencia, desde donde viajarán los C-Max hechos en Almussafes hasta todos los rincones de Estados Unidos, es ya un referente mundial.

Esta ventaja competitiva ha sido clave para que Almussafes fabrique coches para América pero sigue manteniendo un déficit notable de competitividad cuando se dirige hacia su mercado natural. La carencia del corredor mediterráneo está lastrando a la factoría de Almussafes. Fleming dijo ayer que básico para «reducir costes y aumentar la productividad». Antonio Adés, director de fabricación de Ford Almussafes, cifró ayer en un 7% el coste de transporte que sufre un coche que se fabrica en la Comunitat.

Apuestas de futuro

Pero hay más. Ford reconoció ayer que su bola de cristal con la que adivinaba el futuro se ha averiado con la crisis. No sabe si el futuro será de los coches eléctricos, híbridos, a gas... Pero también es consciente de que no se puede quedar parado. Para que sus primeros pasos sean firmes lo que ha hecho es ir a Valencia y encargar las dos versiones que tiene previsto hacer del C-Max. La primera, que se podrá comprar en 2012, es un coche híbrido eléctrico. Es decir, coche de gasolina como los de hasta ahora pero con una bateria que permitirá pequeños desplazamientos sin consumir energía fósil.

El segundo es más ambicioso y requiere una mayor infraestructura fuera de la factoría. Se trata de un C-Max híbrido eléctrico enchufable. Detrás de este anuncio hay otro que no se reconoció ayer pero que tendrá más transcendencia en el futuro. John Fleming, presidente de Ford Europa, confirmó que el C-Max enchufable se empezará a fabricar en 2013 porque quiere concentrar toda la producción de cada uno de sus modelos en una sola factoría. La última vez que Fleming visitió oficialmente Valencia se comprometió a que Ford seguiría en Almussafes hasta 2013. Ayer dijo que la planta valenciana tiene proyectos encargados a partir de 2013 con lo que, de manera implícita, anunció que la continuidad de Ford en Almussafes ha perdido ya la fecha de caducidad.

La apuesta por Valencia no le saldrá gratis a Ford. Va a invertir 27 millones de euros adicionales en la factoría a los que hay que sumar los 425 millones (300 corresponden al C-Max) que ha inyectado desde que en septiembre de 2007 se comprometiera a ello.

A pesar de todos estos anuncios, Ford ayer no lanzó las campanas al vuelo. Con el Fiesta, lo que queda del Focus y todas las versiones del C-Max (cinco y siete asientos, motor de explosión o híbrido), lo que gana Almussafes es un abanico de productos para fabricar en los próximos años pero seguridad absoluta de volúmenes importantes de producción no hay.

Antonio Adés, director de fabricación de Ford Almussafes, explicó ayer en un encuentro con los medios de comunicación que existe una gran incertidumbre sobre cuántos C-Max y de qué tipo fabricará la factoría valenciana en el futuro. «Venimos de un mercado que compraba 17 millones de vehículos al año y ahora no sabemos si terminaremos el año con 13 o con 16», aseguró Adés. Tal y como van las ventas a fecha de hoy, la proyección del año está situada en la banda más positiva. «Llevamos dos años en el que el principio del año es muy positivo y, al final, no se cumplen las expectativas», matizó acto seguido José Manuel Machado, presidente de Ford España.

Lo que sí que se especificó ayer es que el segmento C (Focus, C-Max y Kuga) es el tamaño del vehículo del futuro. «El 25% de los coches que se venden en Estados Unidos es del segmento C y esperamos que este porcentaje pueda aumentar hasta el 50% en el 2013», aseguró ayer Fleming, que además de presidente de Ford Europa es el director mundial de fabricación de Ford en todo el mundo.