Las galerías no pueden con la crisis
Punto, Puchol, Adelantado, My Name's Lolita y Leonarte, entre otras, reconocen el enorme bajón de las ventas La Nave echa el cierre en Valencia tras 16 años, como antes lo hicieron Gabernia y Estil
RAFA MARI
Sábado, 22 de mayo 2010, 02:17
Se enfrentan a una crisis durísima, la más fuerte de su historia. Galerías valencianas de gran prestigio y con una larga trayectoria lo van a tener difícil para aguantar el tirón. La Sala Gabernia cerró en 2008. El pasado febrero lo hizo Estil. Ahora acaba de cerrar sus puertas La Nave. Tomás March cerrará en julio su galería de Aparisi i Guijarro y en la nueva temporada tendrá sus fondos en un almacén ubicado en Gobernador Viejo-En Blanch, manteniendo su actividad comercial pero sin hacer exposiciones, con lo que reducirá gastos y podrá pagar facturas (en la última edición de Arco perdió bastante dinero). La caída de las ventas es general y muy alarmante. El coleccionismo privado parece haberse esfumado. Los museos, las cajas y los bancos apenas compran ya.
Así lo reconocen Punto, Puchol, Luis Adelantado, Leonarte, My Name's Lolita Art, Galería del Palau y O+O, entre otras galerías consultadas por LAS PROVINCIAS. Varios profesionales del sector responsabilizan al Gobierno central por la pésima gestión económica realizada estos últimos años.
«Si Zapatero viniese a comprarme un cuadro, no sé si se lo vendería», afirma con ira fría una conocida galerista.
La Nave, dirigida por Marisa Jiménez, clausuró el pasado 24 de abril su última exposición, de profético título, 'Fácil viene, fácil se va'. Hace ya un mes. Tras esta muestra colectiva con los artistas señeros de la galería, La Nave cerró definitivamente sus puertas tras 16 años en activo. No ha habido comunicado alguno. Jiménez ha alegado motivos personales, «además de una crisis de ventas innegable, y también de visitantes, la gente parece haber perdido la costumbre de ir a las galerías». De todas formas, en la profesión tienen claro que Marisa es una profesional de raza «y a no mucho tardar volverá a estar al frente de una galería, llámese La Nave o llámese de otro modo», comenta uno de sus colegas.
Punto tiene las cuentas saneadas, y aunque reconoce que casi no hay ventas, «nosotros aguantamos, lo hicimos en la crisis de los setenta, en la de los noventa y ahora aguantaremos esta nueva depresión comercial», sostiene Amparo Zaragozá.
My Name's Lolita tampoco tiene números rojos, «aunque es verdad que las ventas se encuentran bajo mínimos», dice Ramón García, director de la galería. «Económicamente las cosas están difíciles, no se vende casi nada, pero culturalmente My Name's Lolita está llena de vida, uno de nuestros artistas expondrá en Beijing, en el Museo Nacional de China, lo que abre posibilidades de amplias relaciones futuras, y aportaremos unos treinta cuadros a una excelente colectiva que se hará en el EAT de Torrent, comisariada por Javier Ferrer».
En recientes declaraciones, Luis Adelantado afirmó que las ventas en sus galerías de Valencia y Miami «son escasas, pero la galería que tengo en México D.F. funciona muy bien». La aventura mexicana del galerista valenciano tenía mucho de osada, pero por ahora es una apuesta ganadora.
I Leonarte es una galería coherente y de calidad. A sus inauguraciones asiste la crème del arte valenciano, y la crítica elogia sus exposiciones. Pero en cuanto a ventas, las cosas tienen otro cariz. «No vendo nada, a veces me pregunto si habré olvidado cómo se ejerce este oficio, en el que ya llevo más de treinta años», se lamenta Marita Maiques, figura muy estimada del galerismo valenciano.
Cambiar estrategias
Patricia Puchol, de la galería Puchol, comenta que la gravedad de la crisis le ha obligado «a cambiar las estrategias comerciales». Una de ellas «es que en vez de esperar al cliente, hay que salir a buscarlo». Y otra, «dar más importancia a mis propios fondos y no hacer tantas exposiciones individuales». La tenacidad de Patricia le permite resistir.
La galería del Palau, que dirige Trinidad Hernández, no ha vendido ni una sola obra en las tres últimas exposiciones. «Yo aguanto, porque le dedico todo mi tiempo, pero la cosa está fatal», asegura la galerista.
Enriqueta Hueso, artista y galerista, dirige en una zona alejada del circuito cultural clásico la galería 'O+O' (Oriente&Occidente). «La crisis se nota en las ventas, pero yo puedo seguir -afirma Hueso-, pese a no tener subvenciones, porque trabajo 14 horas al día». La galerista señala que la crisis tiene algo bueno: «Pondrá en su sitio a obras que estaban hinchadas y supervaloradas».
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.