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F. RICÓS
Jueves, 3 de junio 2010, 03:30
El trasvase que está construyendo el Gobierno autonómico catalán entre el Ebro y las comarcas del sur de Tarragona, el Xerta-Sènia, dispone de una capacidad de transporte de 575 hectómetros cúbicos anuales, cuando la concesión es de casi la octava parte, 72 hectómetros.
Este hecho hace sospechar a las organizaciones ecologistas catalanas, y en especial a la Plataforma en Defensa de l'Ebre, que esa conducción se construye para abastecer también a la Comunitat. De hecho, el trasvase que derogó en junio de 2004 el Gobierno de Rodríguez Zapatero tenía previsto traer unos 420 hectómetros cúbicos: entorno a 70 a Castellón y alrededor de 350 hectómetros a la provincia de Alicante. Para Valencia no había previsto nada.
Este nuevo trasvase del Ebro mide 33,8 kilómetros. Se destinará al riego de 60.000 hectáreas de secano y está previsto que esté en pleno funcionamiento en dos años.
La Plataforma en Defensa de l'Ebre organizó el domingo pasado una manifestación en Barcelona contra dos trasvases: el Xerta-Sènia y el Segarra-Garrigues. Manolo Tomás, el portavoz, asegura a LAS PROVINCIAS que esta nueva conducción «se ha planificado desde la Generalitat de Cataluña, el Gobierno central y el valenciano».
La infraestructura «no tiene sentido porque a donde lleva el agua no hay regantes conocidos. Aquí lo sabe todo el mundo, pero todo el mundo calla» sostiene.
«La verdad es que el trasvase hacia Valencia está en marcha pero el Gobierno valenciano mantienen la comedia porque políticamente le conviene», afirma Tomás.
El pacto para construir este trasvase lo alcanzaron, según el mencionado portavoz, los tres Gobiernos durante la reforma del Plan Hidrológico Nacional, algo que cuesta de creer y el Ejecutivo valenciano, sorprendido, lo niega.
«Si no es así, ¿para qué llevará ese canal tanta agua? Para regar olivos no será», reflexiona Manolo Tomás.
Juan Cotino, vicepresidente tercero del Consell y responsable de la política hídrica valenciana lo tiene claro. «Si hay un pacto entre los tres Gobiernos para traera agua del Ebro a la Comunitat que se cumpla ya», afirma.
«Lo que está claro es que se están construyendo trasvases vergonzantes. El agua del Ebro es buena para Cataluña pero no lo es para la Comunitat. No estamos en contra de que se hagan allí, que seguramente harán falta, pero aquí también», asegura el vicepresidente.
Cotino recuerda que es necesario que se ejecuten las obras del Pacto del Agua de Aragón porque crearía confianza en esa región «y mucho empleo».
El titular de la Conselleria de Medio Ambiente recuerda que el PP dispone de un estudio en el que se dice que si el Gobierno de España empleara «10.000 millones de euros, que envían a no sé qué país, en ejecutar las infraestructuras hídricas pendientes se generarían un millón de puestos de trabajo».
Juan Cotino reclama una «autoridad única en España para ver las necesidades hídricas de cada territorio, al margen de los intereses de cada autonomía, y pondría en marcha el Plan Hidrológico Nacional».
Por su parte, el responsable de a Fundación Agua y Progreso, José Alberto Comos, conocedor del trasvase Xerta-Sènia (antiguo Xerta-Cálig), incide en que ojalá esté sobredimensionado en 300 o 400 hectómetros cúbicos «para que el agua del Ebro acabe llegando a la Comunitat Valenciana».
Comos considera que es «una poca vergüenza que se quede a unos 200 metros de la provincia de Castellón. El canal de Xerta era la puerta de entrada del trasvase del Ebro a Castellón. Esta obra es un agravio comparativo para los valencianos».
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