Adiós al culo blanco

Los más pudorosos ya no tendrán por qué lucir las antiestéticas marcas de sol en su piel bronceada. Sin necesidad de despojarse de la parte superior o inferior del bañador, será posible lucir un moreno integral. La tecnología ha acudido de nuevo en ayuda del ser humano, y lo ha hecho de la mano de un tejido, denominado Transol, compuesto por millones de microperforaciones en forma de diamante.

Estos minúsculos orificios permiten que los rayos de sol traspasen el tejido y actúen sobre la piel, por ello, para evitar las molestas y peligrosas quemaduras, es necesario proteger esas áreas del cuerpo.

Estos bañadores han llegado al mercado español de la mano de una empresa valenciana, Transol España, que los distribuye por Internet a través de la plataforma nomasculoblanco.com. El producto no se fabrica en España. De hecho, una firma británica, Kiniki, posee la patente mundial y lleva dos años distribuyendo esta prenda veraniega en el Reino Unido. En el último ejercicio, se vendieron cerca de 30.000 unidades en Europa.

¿Y cómo llegó a Valencia? Casi por casualidad. A un grupo de amigos, al que pertenece el gerente de la empresa, Gustavo Terol, les surgió la inquietud de cómo evitar las marcas de sol. Indagando en Internet, vieron que ya había productos en el mercado y se pusieron en contacto con los fabricantes.

Se prevé, al menos esas son las estimaciones de los distribuidores valencianos, que los bañadores -hay modelos tanto para mujeres como para hombres- tengan buena aceptación entre el público. De momento, ya han recibido los primeros pedidos y eso que la web comenzó a funcionar en mayo.

Internet será por ahora el único canal para adquirir esta prenda, que tiene un precio de 50 euros en el caso de bañadores, biquinis o triquinis femeninos, y de 34 euros, para los bañadores masculinos. No obstante, aunque el acuerdo de distribución con el fabricante inglés es de un año, los emprendedores valencianos esperan poder ampliar en el futuro la red de distribución llegando a acuerdos con comercios.

Las microperforaciones permiten que el 80% de los rayos ultravioletas lleguen a la piel. Aunque al trasluz, estos orificios son apreciables, cuando la tela entra en contacto con la piel o se moja, se crea un efecto pantalla que hace que no se transparente. Además, las microperforaciones favorecen un secado ultrarrápido de la prenda.