El recorte de Fomento certifica el adiós definitivo a la autovía de la N-340 en la Plana

Las omisiones dicen, en ocasiones, tanto o más que las afirmaciones. En la intervención del ministro José Blanco en la Comisión de Fomento en la que este jueves detalló el tijeretazo a las inversiones en infraestructuras no mencionó ni una sola vez la variante de la N-340 en La Plana, pero tampoco hizo falta.

La reprogramación de obras detallada por Fomento certificaba el adiós definitivo a la duplicación de uno de los tramos más conflictivos de la nacional a su paso por la provincia. Y es que, en su intervención parlamentaria, Blanco anunció que el Ministerio se «replanteará la construcción de nuevas autovías en corredores donde existen autopistas de peaje no saturadas, arbitrando, según los casos, medidas que favorezcan la accesibilidad y la cohesión territorial».

Una descripción que, sin citarla, encaja a pies juntillas con la variante de la N-340 entre Castellón y Oropesa, cuya ejecución se había proyectado en tres tramos: la variante de Castellón, la polémica de Benicàssim y la de Oropesa.

Según el ministro de Fomento, el escenario presupuestario actual marcado por el recorte del déficit público obliga a «aprovechar más lo que tenemos y construir lo verdaderamente necesario, conjugando competitividad, racionalidad económica y cohesión territorial».

Toda una declaración de intenciones que deja en papel mojado la oferta de diálogo para pactar una solución a la N-340 que el propio ministro trasladó al alcalde de Castellón, Alberto Fabra, en su visita del pasado mes de abril. Tres meses después de aquella cita histórica, la llegada del AVE a la capital de La Plana está en el aire -se han rescindido los dos únicos contratos adjudicados y su ejecución queda ligada a la financiación privada- y a la autovía de la N-340 ni se la espera.

Zancadilla al desarrollo

Las reacciones al anuncio de Blanco no se hicieron esperar. El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, no sólo cuestionó la decisión de Fomento de hipotecar la llegada del AVE a Castellón sino que subrayó que «en estos momentos, lo que se tiene que hacer es invertir en infraestructuras productivas y, en definitiva, en dar apoyo a proyectos de presente y futuro para toda la España, para la Comunitat y en concreto para Castellón».

Camps defendió que la alta velocidad es «un elemento clave desde el punto de vista de la conexión de pasajeros, de la comodidad, de la velocidad y de la posibilidad de tener más cerca ciudades como Madrid, Valencia, Alicante o Barcelona» y añadió que la rescisión de los contratos del AVE a Castellón es más grave aún si cabe porque «estamos hablando del Corredor Mediterráneo».

El presidente de la Generalitat, que ayer acudió a la UJI, abundó en que «Castellón y el Corredor Mediterráneo necesitan la alta velocidad para tener un transporte ferroviario de mercancías y, por tanto, estamos hablando de riqueza y de competitividad». Según Camps, «un recorte de estas características por parte del Gobierno socialista no tiene ningún sentido».

Si en los últimos cinco años han sido los desencuentros entre el Ayuntamiento de Castellón y el Ministerio de Fomento los que han dado al traste con la posibilidad de ejecutar la variante a la N-340 en La Plana, la crisis económica y el recorte de inversiones se han encargado ahora de dar la puntilla definitiva al proyecto.

En términos similares se expresó la portavoz de la Generalitat, Paula Sánchez de León, quien denunció que la inclusión de dos tramos del AVE a Castellón en las obras que se verán afectadas por los recortes presupuestarios supone «un ataque directo» al Corredor Mediterráneo.

Sánchez de León acusó al Ministerio, en la rueda de prensa posterior al pleno del Consell, de «cercenar la capacidad de decisión» del Gobierno valenciano al imponer estos recortes, pero advirtió de que esto no impedirá que continúen «luchando y reivindicando» lo que consideran «justo».