Nuevos retos en la sociedad global
GOTZONE MORA
Domingo, 25 de julio 2010, 05:51
Hace aproximadamente dieciocho años Alvin Toffler publicó una obra titulada 'La Tercera Ola' en la que el autor exponía su visión del mundo expresando lo siguiente: la humanidad está entrando en un nuevo período de su historia cuyas transformaciones afectarán a la producción, la energía, las comunicaciones, al comercio, transporte, trabajo y a la familia. Esos cambios, actualmente, los observamos con mayor nitidez, puesto que han modificado nuestras formas de vivir, de comunicarnos, trabajar y de aprender.
Desde hace dos décadas, vivimos en un mundo respecto del cual tenemos la sensación de escaparse de nuestro control. Más que vivir en un entorno más seguro, tenemos mayor sensación de inseguridad. No sólo de inseguridad respecto de hacia dónde nos conduce el desarrollo global de la sociedad humana en su conjunto, sino también inseguridad en relación con nosotros mismos, con nuestras vidas individuales y con los objetivos que debiéramos perseguir. Anthony Giddens ha reflejado en sus obras que, en este último periodo de la historia, estamos viviendo en «un mundo que nos ha cogido por sorpresa». Desgraciadamente nos enfrentamos a situaciones que nadie anticipó.
Nos sorprendió la caída del Muro de Berlín y lo que supuso en relación con el desmoronamiento de la Unión Soviética y sus Estados satélites, acontecimientos que nadie previó. Nos ha cogido de improviso la crisis socio-económica en la que nos encontramos inmersos, crisis que nadie previó. Tampoco fuimos capaces de anticipar las transformaciones económico-sociales y políticas como consecuencia de la utilización de las nuevas tecnologías para la comunicación, las cuales han cambiado hasta lo más íntimo de nuestras vidas.
En éstos momentos no queda la mínima duda de encontrarnos inmersos en un novedoso modelo de sociedad en relación con el cual se han ido generalizando nuevas fórmulas para identificarlo como es la 'globalización'. Un término, que para Manuel Castells supone que «las actividades decisivas en un ámbito de acción determinado (la economía, medios de comunicación, la política, educación, la tecnología empresarial, gestión del medio ambiente, etc.) funcionan como unidad en tiempo real en el conjunto del planeta». Se trata de un proceso históricamente nuevo ya que en el espacio temporal de las dos últimas décadas ha llegado a constituirse un sistema tecnológico (telecomunicaciones, sistemas de información interactivos, transportes de alta velocidad, etc.) que hace posible la globalización. La informacionalización de la sociedad, también ha creado una audiencia global e innumerables redes de intercomunicación especializadas. Así, la sociedad digital, el hogar digital, el teletrabajo son realidades cada vez más presentes, auspiciadas por el exponencial crecimiento del número de ordenadores, de la reducción de sus precios, de los progresos en la rapidez de procesamiento y de la imparable aparición de software que permite sacar mayor partido a los potentes ordenadores actuales.
En este sentido los científicos sociales señalan algunos efectos producidos por las transformaciones anteriores. En lo que corresponde al mercado, nuevos yacimientos de trabajo, flexibilización y precarización del empleo, incremento de los autónomos y de las PYMES, necesidad de innovación constante. En relación con la organización de trabajo: paso de la producción tradicional a la producción ligera (se hace más con menos personas); tránsito de la producción de masas a la producción para el cliente (de un producto a gran escala a otro de alto volumen flexible); crisis de la gran empresa y dinamismo de las PYMES, las cuales necesitarán ayudas para certificar su impulso (venderán su capacidad productiva a las grandes corporaciones); redes territoriales internacionales de empresas de innovación (I+D+i); nuevos métodos de gestión y de trabajo, incluso con nuevos materiales; formas empresariales en red; alianzas estratégicas entre empresas, centros de investigación, universidades, gobiernos locales y regionales; etc.
Ante el panorama de cambios y transformaciones en las que nos encontramos, una de las alternativas -económicamente la más eficiente- consistiría en el abandono paulatino de sectores económicos-industriales obsoletos, desarrollando, a su vez, nuevas opciones adaptadas a un presente y futuro como son la apuesta por la extensión y aplicaciones de la banda ancha, las biotecnologías, tecnologías asociadas a las energías alternativas, la nanotecnología, etc. En dichos sectores es donde se encuentran productos de alto valor añadido que permitirán configurar nuevos modelos productivos en los que puedan insertarse los deseados nichos de empleo a los que debería añadirse el empleo verde y el empleo blanco.
El nuevo modelo de sociedad, al que le cuesta arraigar en España, no puede ser, sin embargo, preterido, pues si lo fuera condicionaría nuestras vidas. Es más, cada minuto que pasa se amplifica y su presencia se extiende y diversifica. Como indica Castells «las tecnologías informacionales son el tejido de nuestras vidas en este momento. No es futuro. Es presente». Tanto es así, que al poco de ser nombrado Presidente de los EE.UU. Barack H. Obama, realizó una consulta a un grupo de profesores de la Universidad de Harvard sobre la banda ancha, no tanto en cuanto a su extensión sino en lo relativo a sus nuevas aplicaciones para la comunicación en la "sociedad red".
Ahora bien, para potenciar el cambio en España se necesitan líderes y estilos de liderazgo adecuados. Esta semana he recabado información de dos expertos. En relación al liderazgo, el Sr. Liquete, Secretario General del Club "Excelencia en Gestión" explica "van a ser necesarios líderes creativos capaces de transformar la complejidad en una nueva oportunidad de mejorar la competitividad apoyándose en la innovación". En cuanto al estilo de liderazgo José Medina, Presidente de Odgers Berndtson Iberia, puntualiza "el liderazgo actual se enfrenta, cuanto menos, a tres grandes retos: "Gestión de la confianza y del compromiso, gestión del cambio y de la valentía y gestión del sentido del trabajo". Los investigadores y expertos nos proporcionan las claves del cambio. Las organizaciones y autoridades políticas, empresariales y sociales tienen la decisión y la acción en sus manos.
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