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El manual del buen papá
Valencia

El manual del buen papá

Desde las Escuelas se ha observado que los progenitores se toman la actividad lúdica de sus hijos como si fuera de deportistas de elite El Ayuntamiento aconseja a los padres no presionar a los árbitros

J. AGUADÉ

Jueves, 16 de septiembre 2010, 13:36

Las 43.000 inscripciones que este año maneja la Fundación Municipal de Deportes en sus diferentes Escuelas dan para mucho. Y entre este abanico de cosas que cada año sorprenden a los responsables de las actividades están los padres, que habitualmente acompañan a los más pequeños tanto en los entrenamientos como después en las competiciones.

El Ayuntamiento ya ha visto de todo y lo que más le preocupa es que los peores modos del deporte profesional se traspasen a la actividad de las Escuelas. La rivalidad, el ganar a cualquier precio, es algo que se ve todos los días por televisión entre los que son ahora los referentes sociales en España.

Por eso, ayer, con el estreno de la temporada de las Escuelas Municipales se presentó también un dodecálogo (muy parecido a los diez mandamientos) en los que dan unas pinceladas de lo que debe ser un comportamiento responsable de los padres. Consignas como 'No suplantaré el papel del entrenador', 'No presionaré al juez o árbitro'. 'No entenderé que derrota es fracaso y éxito es victoria', etc... pueblan el dodecálogo de la Fundación.

«En los últimos años hemos observado una tendencia en el deporte de elite hacia el ganar a cualquier precio y hemos visto que hay padres que intentan inculcar a sus hijos que hay que jugar hasta el límite», explica Juan Mestre, jefe de servicio del área de deportes de la Fundación Deportiva Municipal de Valencia y una de las personas que ha parido este dodecálogo junto al psicólogo Emilio Hernández que tiene mucha experiencia en el comportamiento de los padres en el mundo del deporte y que ya escribió una guía para la Fundación.

Sin embargo, en esa guía encontraron que los padres, aunque la leían con interés, «en muchos casos no se daban por aludidos, por eso ahora cuando leen este decálogo saben que va dirigido expresamente a ellos», sostenía ayer el responsable en materia deportiva.

Mestre y su equipo consideran que los dos principales problemas que se han encontrado los últimos años son la exigencia y la violencia. Aunque ambos aspectos también van relacionados ya que al aumentar la exigencia sobre los chavales se radicalizan los comportamientos. Mestre recuerda como en una ocasión, arbitrando una partido, uno de los padres le dijo a su hijo: «Mátala, mátale». Y eso le dejó preocupado. De todas formas, Mestre no considera que ahora mismo toda esta situación sea una losa social: «Creemos que no es un problema grave, pero vemos una ligera tendencia al alza y pensamos que es bueno atajarlo».

El responsable deportivo opina que «el deporte no educa por si mismo si no se pone empeño en una acción educacional sobre os chavales». Y pone un ejemplo ciertamente representativo: «Los valores de unión, grupo, ayuda entre los miembros también, como en el deporte, lo tienen actividades como puede ser la de una banda delictiva». Al menos, este año si un padre se desmanda en la banda viendo a su hijo jugar un partido no podrá decir que no lo sabía. Ahora ya tiene el dodecálogo del 'buen papá'.

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