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JAVIER MARTÍNEZ jmartinez@lasprovincias.es
Lunes, 25 de octubre 2010, 18:17
El imperio religioso del padre Ángel se desmorona. Su convento fortificado junto a la cárcel de Picassent tiene cada vez menos adeptos. Dos delitos contra la Hacienda Pública, tres denuncias presentadas por ex miembros de la secta y una petición de condena de ocho años de cárcel son algunas razones de su declive. El falso sacerdote atraviesa unos de sus peores momentos.
Mañana, Ángel Muñoz Bartrina, de 46 años, se sentará en el banquillo de los acusados de la Ciudad de la Justicia de Valencia. Además de la pena de cárcel, la Fiscalía pide una multa de 2,3 millones de euros para el procesado. Sobre el polémico vidente pesan graves acusaciones desde hace una década, pero la Audiencia Provincial de Valencia sólo lo juzgará por un fraude fiscal de 386.000 euros.
Atrás han quedado, enterradas por el tiempo y la falta de pruebas, las imputaciones de asociación ilícita y estafa. La construcción de un cementerio junto al convento también puso en una situación complicada al líder de la Junta de la Esclavitud del Sagrado Corazón de Jesús, el nombre oficial de la secta.
La Conselleria de Sanidad denegó la autorización solicitada por Ángel Muñoz para enterrar a sus monjas en el recinto de Picassent. Las órdenes de clausura tienen la posibilidad de dar sepultura a sus difuntos en sus propios cementerios, pero el grupo que lidera el padre Ángel incumple los requisitos legales.
La asociación fue constituida en 1992 en Benaguasil sin patrimonio fundacional y con un límite de sólo 12.000 euros en su presupuesto anual. En pocos años, el falso sacerdote amasó una gran fortuna con el dinero que le entregaban sus adeptos para supuestas obras de misericordia.
Según la Fiscalía, el procesado compró y escrituró a su nombre numerosas propiedades inmobiliarias entre los años 1992 y 2003 sin pagar los tributos correspondientes. El convento fortificado, que tiene más de 300 metros cuadrados edificados, fue restaurado completamente por cerca de 80 albañiles en 1994. Las obras costaron cerca de 1,8 millones de euros. El edificio figura en el catálogo municipal de bienes protegidos.
La valla que rodea el recinto mide en algunos puntos hasta cuatro metros de altura. Los agricultores de la zona comentan que el padre Ángel mandó construir alambradas y muros muy altos para que nadie pudiera ver desde el exterior los rituales de la secta.
Quería construir una catedral
En el año 2000, según las investigaciones de la Guardia Civil, el vidente era titular de cinco cuentas bancarias a pesar de que no realizaba ninguna actividad profesional. Un año más tarde, Ángel Muñoz presentó otro proyecto para construir una catedral gótica con una capacidad para 300 personas. El edificio restaurado en 1994 se había quedado pequeño. Tras estudiar la propuesta, el Ayuntamiento de Picassent trasladó el expediente a la Conselleria de Cultura. El nuevo templo nunca se realizó.
El 1 de octubre de 2003, la Guardia Civil detuvo al padre Ángel y registró su convento. Los agentes confiscaron 336.000 euros y numerosas joyas en el despacho del estrafalario profeta. Este fue el comienzo de su gran declive. Su imperio religioso empezó a desmoronarse.
Las graves acusaciones contra el vidente, aireadas por la prensa local, dañaron su imagen. Y de los cerca de 2.000 fieles que llegó a reunir en un paraje de Alzira en 1990, cuando se erigió en portavoz de la Virgen y anunció trágicos vaticinios, pasó a tener poco más de 50 adeptos incondicionales.
Ángel Muñoz cimenta su gran autoridad sobre sus fieles en trágicos vaticinios en nombre de la Virgen y el demonio. «La Corona de España rodará pronto por las calles de Madrid. Habrá una nueva guerra civil peor que la del 36, y no quedará ni una sola iglesia ni un solo convento en pie», aseveró Ángel Muñoz en 1990 antes sus adeptos tras entrar supuestamente en un estado de trance. Ese mismo año, el Boletín Oficial del Arzobispado publicó la pena de entredicho que cometió el padre Ángel por oficiar liturgias y ordenar monjas sin ser sacerdote.
El arzobispo Miguel Roca exhortó al líder de la secta a que depusiera su actitud y reparase el escándalo causado entre sus fieles, pero el vidente continuó celebrando rituales en el paraje del Racó de les Vinyes en Alzira. «Las representaciones me daban miedo», recuerda Pedro Yuste, un ex ayudante del falso sacerdote. «Se tiraba al suelo entre convulsiones y distorsionaba la voz. Eso significaba que hablaba en nombre de la Virgen del Remedio», añade.
El vidente imitaba incluso la voz del mismísimo diablo para convencer a sus adeptos de que el mal estaba muy cerca. «Tengo grabada una escena terrorífica. Hablaba con la voz de la Virgen cuando, de repente, se tiró sobre la gente y explicó a gritos que Satanás estaba dentro de él», sostiene el ex miembro de la secta.
Los miembros de la asociación que preside Ángel Muñoz únicamente pueden acceder a otros templos cuando no se está celebrando en el interior la misa y con unas condiciones muy estrictas. Las mujeres deben llevar mantilla, medias y manga larga. Todo a la antigua usanza. Tanto es así que, según Pedro Yuste, «las mujeres se sientan delante y los hombres detrás».
Pero como buenos valencianos, los seguidores del 'padre' Ángel también celebran las Fallas, con monumento incluido, y algunas fieles se visten con el traje de valenciana durante las fiestas josefinas o de andaluza cuando honran a la Virgen del Rocío.
En el convento fortificado hay una fuente de la que los fieles se llevan agua a sus casas. Respecto a las procesiones que se celebran por los alrededores del recinto, muy cercano a la cárcel de Picassent, el Viernes Santo sacan en procesión al Cristo y los presos le cantan saetas.
Hay también una fecha fija en la que los fieles acuden al paraje Racó de les Vinyes, en el término municipal de Alzira, para escuchar "el mensaje de la Virgen del Remedio". explica Yuste. Es durante un momento del rezo del rosario cuando el mesías, de repente, deja de orar y su voz cambia "para difundir a través de él las palabras de la madre de Dios".
Durante esos momentos, la voz del 'padre' Ángel se transforma y tiene un tono más bajo, como si estuviera afónico, y al acercarse al micrófono el efecto tétrico es mayor.
Tras 15 años sin mantener ningún contacto con el vidente y después de conseguir que su madre dejara también la secta, el ex adepto reconoce que guarda rencor a Ángel Muñoz porque engañó a su madre y a muchas otras personas. Por ello, colaboró con la Guardia Civil en la investigación de este caso.
Según Yuste, el falso sacerdote capta sobre todo a gente mayor que por alguna razón no tiene contacto con su familia. "Su única intención es sacarles dinero", asegura.
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