Andamios y cajas se comen el San Pío V
La fachada descorchada alberga un recinto con depósitos abigarrados de cuadros y cubiertas sostenidas desde hace años por puntales
BURGUERA
Miércoles, 27 de octubre 2010, 19:18
La belleza del contenido del Museo de Bellas Artes de Valencia es inversamente proporcional al deprimente estado del continente que alberga la segunda pinacoteca de España. Tan valiosa y hermosa es la colección del San Pío V como lamentable es la situación del museo, que arrastra desde hace décadas problemas estructurales y de almacenaje que, de haberse ejecutado la V Fase de las obras de ampliación, estarían resueltos y no pendientes de resolver.
Se trata de un museo donde los contrastes son evidentes. Unos fondos que serían la envidia de cualquier pinacoteca española son amontonados en almacenes saturados, mientras otros depósitos llevan vacíos desde hace años por no reunir las condiciones legales para almacenar obras de arte. La falta de espacio impide ubicar las cajas contenedoras de obra fuera del paso del centenar de trabajadores que acuden diariamente al museo.
Mientras unos pasillos lucen modernos, por otras zonas del San Pío V los andamios se suceden junto a estancias que reciben diariamente visitantes. Cuando se abren puertas que durante décadas permanecieron cerradas, aparecen puntales de madera que sostienen un edificio majestuoso pero cogido con alfileres.
La fachada es un compendio de desconchados, cables sueltos, rejas oxidadas, cristales rotos e instalaciones eléctricas desprendidas. Y dentro es peor, o igual de malo. La V Fase de la ampliación del Museo de Bellas Artes de Valencia solucionaría la falta de espacio para almacenar obras y el endeble estado de numerosas estancias del San Pío V, como es el caso de la zona de la futura biblioteca, en la parte alta del cuerpo denominado Coloseo. Se accede por el cuerpo situado junto al Patio Vich.
Estructura endeble
En planta cuarta del Coloseo se ubicará la sala de lectura en doble altura si es que antes no se desploma toda una estructura muy endeble, que hoy, y desde hace años, según fuentes de la institución museística valenciana, está sostenido por andamios, a la vista de los visitantes y sin una vulgar y triste lona que tape la chusca estructura metálica. A pesar de tanta penuria, no hay manera de comenzar con las obras de la V Fase, que dependen de las dotaciones del Ministerio de Cultura después de que la IV Fase de la reforma del museo finalizase hace ya siete años.
Las colecciones pictóricas del siglo XIX y XX se amontonan en almacenes pendientes de ser reformados y habilitados con un sistema de climatización acorde con un país occidental. Y mientras cerca de 3.000 cuadros se amontonan en almacenes que se han quedado obsoletos en sólo 15 años, los sótanos construidos hace una década no pueden ser ocupados. En la zona de carga y descarga de obras se amontonan las cajas de protección a la espera de un lugar mejor. Moquetas grises y algo mostosas ocultan los ladrillos que han quedado descubiertos y que forman extraños desniveles en las salas de exposición, donde se acumulan hermosos cuadros que merecen mejor suerte.
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