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PACO MORENO
Martes, 2 de noviembre 2010, 12:41
Poco a poco, pierden el miedo y salen a la zona abierta al público. Serán grandes depredadoras, aunque las crías de leopardo nacidas en agosto en el Bioparc tienen que aprender a reconocer el terreno, conocer las fronteras de su zona y, sobre todo, estar atentas a los gestos de 'Inés' la madre que las vigila siempre.
De momento salen cuando el zoológico de Campanar está cerrado a los visitantes. La aclimatación, indicaron fuentes de la empresa concesionaria, debe hacerse con extremo cuidado. Serán unas de las grandes atracciones por su pequeño tamaño y agilidad.
No en vano, en las primeras fotografías que se han tomado, una de las crías sube por el tronco de un árbol aprovechando sus garras.
El grupo de leopardos está formado por dos hembras y un macho. Las hembras son 'Mamba', la pantera negra, e 'Inés', ambas nacidas en 2006 y procedentes de Francia y Holanda. El macho se llama 'Negombo', nació en 2005 y llegó al Bioparc el pasado año procedente del zoo La Palmyre de Francia.
De los tres cachorros que nacieron a finales de este verano, ha sobrevivido un macho y una hembra. Se trata de una «situación especial al tratarse de una especie en grave peligro de extinción y que difícilmente se reproduce en cautividad», indicaron las mismas fuentes.
Los dos cachorros permanecen bajo la custodia de la madre, quien no permite ninguna intromisión en su cuidado. De hecho no se ha podido disponer hasta ahora de fotos de ninguno de ellos, pues los mantenía escondidos de los propios cuidadores en su recinto interior.
El periodo de gestación dura alrededor de tres meses y la hembra puede tener de 1 a 6 cachorros por camada, aunque lo más común es de 2 a 4. La madre suele transportar a las crías sujetándolas con los dientes por el cuello. Por lo normal, los mantiene durante dos años y la esperanza de vida oscila entre los 20 y 25 años.
Estos leopardos pertenecen a la subespecie de Sri Lanka y son parte de un programa internacional de reproducción para establecer una población viable y autosuficiente en zoológicos que permita «salvaguardar la existencia de esta hermosa raza en peligro de extinción».
Aunque no se trata de una variedad africana, los responsables de Bioparc decidieron incluirla en su colección animal puesto que «no hay ejemplares en zoológicos de subespecies africanas en peligro de extinción». Este gran depredador es el más importante de los bosques ecuatoriales africanos y su situación puede compararse con la que padece el lince ibérico en España, también con escasos ejemplares.'
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