Sandoval llega al Mar para dotar de personalidad su estilo de juego

Después de dos temporadas apartado de los banquillos, Ángel Sandoval tomó ayer las riendas del Mar Alicante. Ante la atenta mirada de Toni Navarro, presidente del club, y con el que era primer técnico, Esteban Roig, ahora como colaborador, el entrenador jienense dirigió su primera sesión de trabajo con las que serán sus jugadoras hasta final de temporada.

El Mar Alicante se ha hecho con los servicios de un técnico que fue capaz de llevar al Elda Prestigio a ganar, entre otros títulos, cuatro ligas. En el conjunto eldense desarrolló toda su carrera profesional y ahora da el salto a un equipo que le ofrece nuevos retos, cuando «ni esperaba ni formaba parte de mis pensamientos» que pudieran ofrecerle el banquillo del conjunto alicantino.

Tras la sorpresa inicial, Sandoval encontró en el ofrecimiento de Toni Navarro «un acicate y algo bonito e interesante» y en el Mar Alicante un reto como el que en su día tuvo en Elda. «Soy un entrenador al que le gustan las cosas difíciles y el Mar Alicante tiene un proyecto demasiado ambicioso», apuntó el técnico, quien consideró difícil superar lo conseguido por el Mar la pasada temporada, cuando acabó en cuarta posición la liga y fue subcampeón de la Copa.

«Vengo a aportar mi experiencia y ver por dónde podemos ir y en que dirección debemos caminar», comentó un Ángel Sandoval quien consideró que lo que le falta al Mar Alicante es encontrar «una personalidad de juego».

«El club ha cambiado mucho en los últimos años, ha variado mucho sus plantillas, jugadores, técnicos, la forma de jugar y creo que un club que ha ido escalando posiciones tiene que definir la línea deportiva que quiere seguir», argumentó.

En este sentido, explicó que el sello principal del que quiere impregnar al juego del Mar Alicante es el del «atrevimiento», el mismo que caracterizó a su Elda Prestigio, un equipo que recuerda que «nunca manejó un presupuesto muy alto, ni siquiera fue el tercer presupuesto, pero se atrevió con todo el mundo. Busco que el Mar Alicante sea un poco más atrevido en su juego, valiente y se atreva a todo, incluido a que le den una bofetada», explicó.

Sandoval ha seguido los dos últimos partidos del Mar -ante el Vícar en Liga y frente al Monóvar en la final de la Copa Federación- desde la grada y tiene bastante claro lo que quiere mejorar de entrada en el que ahora es su equipo. «Cambiar es difícil porque hay un trabajo hecho, que hay que valorar y que ha dado sus frutos, aunque hay cosas que se pueden mejorar. Creo que hay un desequilibrio entre el ataque y la defensa», manifestó.

«Defensivamente, creo que el equipo puede mejorar, aunque no va a ser fácil porque no tiene una plantilla con unas características defensivas de buen nivel. Son mejores atacantes que defensoras. Pero vamos a contrarrestar esto con un esquema de juego defensivo donde todas las jugadoras puedan dar un poco más de consistencia y que la consistencia del bloque supla las deficiencias individuales», dijo.

Al fin y al cabo, lo que desea, al menos de momento, es dar a su plantilla «un poco de espíritu, un aire diferente, un poco más de descaro, de sonrisas en la pista y de mala uva en determinados momentos», prosiguió el técnico, quien consideró que, de esta forma, se puede llegar a conseguir en apenas unos meses que el club tenga un sello en su juego. «No tiene sentido hacer planteamientos a largo plazo si no funciona el corto y el medio plazo», comentó cuando se le cuestionó sobre el hecho de que sólo hubiera firmado un contrato hasta final de temporada. Y añadió: «A veces en dos o tres meses se puede implantar una idea de juego, solamente se trata de contagiar algo».

Ángel Sandoval, quien protagonizará en su debut como entrenador del Mar Alicante un duelo de altura ante la veterana Cristina Mayo y su Sagunto, se definió como un técnico al que le gusta ir a la vanguardia del balonmano y, sobre su trato con las jugadoras dijo que «Ángel es muy serio para unas cosas, bromea en otras, no permite que se pierda tiempo, comprende las derrotas pero es muy exigente en el día a día, porque también lo es consigo mismo».