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Santiago Sierra. :: EFE
Culturas

Premio al arte irreverente y crítico

Su afán transgresor llevó al artista a convertir una sinagoga en una cámara de gas o a rodar a decenas de parejas copulando El creador madrileño Santiago Sierra gana el Nacional de Artes Plásticas

MIGUEL LORENCI

Viernes, 5 de noviembre 2010, 01:59

El arte irreverente, transgresor, ácido y siempre crítico, polémico y controvertido de Santiago Sierra le ha valido al creador Premio Nacional de Artes Plásticas en su edición de 2010. El indomeñable y a menudo incómodo artista madrileño se lo adjudicó este jueves por mayoría, tras una deliberación del jurado más larga de lo habitual, lo que invita a pensar que hubo división de opiniones. Se premia al combativo y provocador Sierra por una «obra crítica», que «reflexiona sobre la explotación y la exclusión de las personas», y que «genera un debate sobre las estructuras de poder». Esto es lo que según el jurado que galardonó a Sierra «se manifiesta en sus diversos proyectos desarrollados a lo largo de dos décadas».

Sierra es hoy una de las caras del arte español más reconocidas en el mundo, junto a Miquel Barceló, con quien sostuvo en su día un vitriólico rifirrafe (ver revista 'Controversias' en internet).

Su afán transgresor ha llevado a Santiago Sierra, trasterrado voluntariamente a México, a convertir una sinagoga alemana en una cámara de gas, a llenar de excrementos una galería de arte londinense o a rodar a decenas de parejas interraciales copulando.

Este premio, que concede el Ministerio de Cultura anualmente, está dotado con 30.000 euros. Después del Velázquez, el primero en el escalafón de la plástica, es el segundo en importancia en el rango institucional.

Según Cultura, el arte de Sierra está «cargado de reivindicaciones sociales y políticas desde sus comienzos», e intenta tanto «evidenciar lo absurdo de las relaciones de poder establecidas» como «destacar los problemas que acarrea para la población la economía capitalista». «La producción de Sierra -recuerda el Ministerio- se basa no en una sola técnica, sino que juega con un amplio espectro de ellas: fotografía, vídeo, música...».

Allí donde Sierra planta un de su instalaciones o ejecutas una de su acciones surge la polémica. Así ocurrió cuando tapió el acceso del Pabellón del España en la Bienal de Venecia e impidió el paso a toda persona que no dispusiera de documentación oficial -pasaporte o DNI- expedida por el Estado español. Era su fórmula para denunciar la exclusión de los inmigrantes. Tapó además la palabra España con unas bolsas de plástico, una actitud que criticó Miquel Barceló y que Sierra contestó con aspereza.

Una de su performances más polémicas fue «Los penetrados», presentada en Tarrasa en 2008 y en la que un nutrido grupo de parejas, compuestas por una mujer blanca y un varón negro, practicaban sexo ante una cámara en la postura 'del perrito'. Los «actores» fueron reclutados y pagados por el propio creador. También reclutó y pagó en México a lo trabajadores que movieron una gigantesca roca de un punto a otro o un grupo de toxicómanas que se avinieron a tatuarse la espalda y que vieron recompensada su 'acción' con estupefacientes para su consumo.

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