LEYENDA DEL FARAM

Resulta que además de nuestros míticos mostruos, el Drac, la Cucafera y la Tarasca, vencidos siempre por santos católicos, San Jorge, Santa Margarita y Santa Marta, homenajeados en procesiones múltiples, especialmente en la del Corpus, en tierras castellonenses existe otro: en Cervera del Maestre se mantiene la tradición del Faram.

También -cómo no- era una bestia semejante a un dragón que devoraba ganados y cuando le acuciaba la sed era capaz de beber tanto que secaba los manatiales del término.

La etimología de Faram procede del latín vulgar, de 'feramen', y en el diccionario de Alcocer-Moll significa bestia fantástica y espantosa. Lo que no narra es su historia, dejada a los relatos de los viejos que, desde hace siglos, aseguraron que vivía escondido en las ruinas del castillo de la población, oculto en las oquedades de la muralla situada en la parte superior de la Cova Fonda.

Dice la leyenda que se sabía, por una misteriosa adivina, que el Faram sólo moriría si se envenenaba al comer unas flores silvestres que brotaban en los plenilunios y en un terreno muy cerca de su guarida. Y he aquí que una joven muy hermosa del pueblo prometió a los atemorizados vecinos que terminaría con él. Ni más, ni menos, se disfrazó de pastora y comenzó a dejarse ver por el territorio del Faram, quien quedó prendado de su encanto.

Como es de suponer, la falsa pastora se hizo con todas las flores mágicas, que obligó a comer a una ovejita blanca, y se la llevó al Faram como obsequio. También, como adivinarán, el Faram se la zampó, y murió.

En Cervera del Maestre existe otra versión: el tal mostruo era un señor feudal que tenía a la gente acobardadacon tantos impuestos y que también se encaprichaba de las jóvenes hermosas, hasta que una de ellas lo envenenó.

Se trata, sin duda, de una versión no apta para menores, porque la joven ni lo bendijo, ni usó el hisopo como Santa Margarita o Santa Marta, y no fue elevada a los altares.

Mas, el Faram también sale en las procesiones de Cervera del Maestre y simboliza a los feudales de ayer y de hoy.