La sala Parpalló cierra su sede tras cinco años y se muda al MuVIM
La Diputación prevé ahorrar costes uniendo ambos museos bajo una misma dirección
MIKEL LABASTIDA
Miércoles, 8 de diciembre 2010, 12:41
La crisis no tiene miramientos y se cobra toda clase de víctimas. El arte no ha podido escapar a la difícil coyuntura económica y ha sufrido cierre de galerías y recortes en los presupuestos. En Valencia, la última afectada por esta situación ha sido la sala Parpalló. El veterano espacio cierra su sede y se muda al MuVIM.
Treinta años ha cumplido en 2010 este museo que abrió sus puertas en 1980 bajo la dirección de Artur Heras. Fue el primer espacio institucional valenciano que presentó de una manera continuada arte contemporáneo, dando especial relevancia a la fotografía, por aquel entonces una extraña en los espacios museísticos.
La treintena no le ha sentado bien a la Sala Parpalló que inauguró sede hace cinco años. Ahora la Diputación prevé cerrarla para evitar el alquiler del emplazamiento de la calle Alboraya, 5. Así lo explicó hace unos días Alfonso Rus y lo confirmó ayer a LAS PROVINCIAS Javier Varela, director del MuVIM, que acogerá en sus instalaciones las exposiciones de este centro.
«La Sala Parpalló no cierra, sólo se traslada. Estamos atravesando un periodo de austeridad que nos sacude a todos y es necesario tomar medidas. La partida que se destinaba al alquiler de la sala era de las más altas de las que debía asumir la Diputación de Valencia, en torno al medio millón de euros al año», indicó Varela.
Lograr una entidad propia ha sido uno de los anhelos de este vanguardista espacio desde sus inicios. Por aquel entonces se alojó en la calle Landerer, en un local junto a la sala teatral Escalante, y fue visita obligada para los amantes del arte, así como para los artistas más transgresores. Después se mudó a la Beneficència, bajo las órdenes de Manuel Muñoz. Durante aquella época llegó a rivalizar, en cuanto a número de visitantes, con el IVAM.
Una vez se inauguró el MuVIM la Parpalló fue a parar al edificio de Guillem de Castro y, durante un tiempo, su programación dependió directamente de la Conselleria de Cultura.
Coincidiendo con su 25 aniversario, la Sala Parpalló recuperaba su autonomía y adecuaba sus propuestas a un bajo en la calle Alboraya. Valencia ganaba así un nuevo emplazamiento dedicado al arte, que, aunque alejado del centro, se integraba perfectamente en la ruta artística del río (en la que también se hallan el IVAM, el San Pío V y el Centro del Carmen).
Para celebrar la independencia y sus bodas de plata este enclave inauguró una retrospectiva en la que se exhibía la obra reciente de los distinguidos con las becas Alfons Roig durante un cuarto de siglo. Nombres como Carmen Calvo, Natividad Navalón, Joan Verdú, Elena de Rivero o Juan Cuéllar formaban parte de una exposición que abriría una programación con riesgo que ha marcado en los últimos cinco años Ana de Miguel bajo su dirección.
La responsable del centro respondía ayer a la noticia con sorpresa y declinó hacer declaraciones, ya que los acuerdos del traslado no están todavía cerrados.
Javier Varela, director del MuVIM, aseguró que en los próximos días se cerrará la gestión para que a partir de 2011 la sala Parpalló regrese al MuVIM.
«Vamos a intentar realizar una programación conjunta de ambos espacios para que tenga concordancia y sentido que ocupen el mismo edificio. Estudiaremos la manera de que la Parpalló pueda mantener su marca pero adecuándose a los parámetros del MuVIM», añadió el director del museo.
¿Se mantendrá en el cargo Ana de Miguel con el traslado? Es algo que tendrá que decir el presidente de la Diputación, Alfonso Rus, pero no parece que vaya a ser así. «No tendría mucho sentido mantener dos directores para un mismo proyecto museístico», señaló ayer Varela.
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