Fomento rompe el pacto con dueños a los que prometió alquiler garantizado

Decenas de propietarios valencianos se sienten traicionados. Se trata de aquellos que pusieron inmuebles en manos de la Sociedad Pública de Alquiler (SPA), dependiente de Fomento, para gestionarles un arrendamiento con las máximas garantías.

Un sorpresivo giro en las condiciones pactadas está afectando a aquellos caseros que firmaron contratos con la SPA antes de marzo de 2009. Antes se llamaban contratos de alquiler garantizado y, desde entonces, alquiler con garantías. La SPA ofrecía unas condiciones muy atractivas: durante cinco años, la sociedad se quedaba con un porcentaje de la renta de alquiler y, a cambio, garantizaba al dueño cobro puntual y duradero, incluso si la casa se desocupaba.

Sin embargo, varios propietarios han descubierto ya que este pacto, «aparentemente serio al ser con el Estado, es papel mojado». Así opina un afectado tras recibir en su móvil este mensaje de la SPA: «No tenemos inquilinos interesados. Con el mercado actual se produce desequilibrio entre prestaciones y debemos redefinir el contrato». Los destinatarios se preguntan: «¿Qué validez tiene entonces firmar con esta gente?».

«Redefinir» equivale a eliminar un punto de Derechos y Obligaciones del citado contrato que reza así: «La SPA posibilitará la ocupación de la casa, facilitando los inquilinos necesarios. En los periodos de desocupación, la sociedad garantiza el percibo por el propietario de la cantidad convenida».

Juan firmó con la SPA en febrero de 2008. «Me desentendí del piso», describió. Teóricamente, no debía preocuparse si un inquilino se marchaba. Según lo pactado, seguiría cobrando hasta 2013. «En noviembre de 2009 la casa se desocupó y seguí recibiendo renta», admitió. Sin embargo, en noviembre de este año le llegó el fatídico SMS. «Tampoco me parece el medio adecuado para trasmitirlo».

Fuentes de la SPA explicaron que son casos «puntuales y afectan a propiedades para las que no aparecen inquilinos en varios meses». En septiembre, la SPA había suscrito 1.890 contratos en la Comunitat desde 2005. A los que redefine el contrato les «ofrece» pasarse al de alquiler con garantías, que asegura ante el impago o los daños del inquilino a la casa, pero no cubre la desocupación. «¿Acaso puedo negarme?», se pregunta uno de los afectados.