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Sociedad

Condenado por embestir con su ambulancia un coche sin estar de servicio

El vehículo se saltó un semáforo en rojo con las señales acústicas, pero no quedó acreditado que estuviera trabajando

A. RALLO

Viernes, 17 de diciembre 2010, 01:19

Iván, conductor de ambulancia, circulaba a 50 km/h cuando el límite de velocidad estaba fijado en 20 km/h en una vía en obras en el término municipal de Algemesí. Al llegar a un cruce, su compañero activó las señales acústicas y no respetaron el semáforo en rojo. La consecuencia: un accidente con otro vehículo que sí tenía el semáforo en verde.

La Audiencia de Valencia ha confirmado ahora la sentencia que en su día impuso un juzgado de Valencia por una falta de imprudencia leve y que condenó al conductor de la ambulancia a pagar una multa.

El turismo fue embestido en el lateral y lanzado contra un arquillo de seguridad. La conductora sufrió un esguince cervical y estuvo más de dos meses sin poder realizar sus actividades habituales. Ahora recibirá más de 10.000 euros de indemnización por los daños causados.

La cuestión para acreditar la culpabilidad en el siniestro es si el vehículo de emergencias se encontraba en ese momento de servicio, circunstancia que la sentencia considera que no ha sido acreditada.

El Reglamento de Circulación contempla que los vehículos prioritarios, como ambulancias, tendrán prioridad de paso sobre los demás vehículos y otros usuarios «cuando se hallen en servicio». Pero la resolución judicial recuerda que los conductores deben hacer un uso «ponderado» de estas condiciones especiales.

Así, al no quedar comprobado que el conductor estuviese realmente desarrollando un servicio de urgencia, «estaba obligado por la velocidad a cumplir las normas y señales conforme prevé la normativa de tráfico».

La sentencia concluye que el comportamiento del conductor fue imprudente. Es más, incluso recrimina a la parte que presentó el recurso (el conductor de la ambulancia) cómo iba a estar de servicio si no ha quedado demostrado «dónde se dirigía, ni cuál era la emergencia ni a quién iban a atender».

Los reproches continúan -con algo de humor- hacia el abogado de esta parte. «Pensar que el conductor tiene preferencia sobre cualquier situación que se le presente sería tanto como afirmar que podría ir atropellando peatones y golpeando vehículos, comportamiento más propio de las películas de ficción».

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