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«La creación plástica se ha uniformado»
EL ABECÉ DE LA CULTURA

«La creación plástica se ha uniformado»

El artista valenciano duda de las bondades de la globalización, «pero es lo que hay», y considera su obra «tan buena como la de cualquiera» Horacio Silva Pintor

BURGUERA dburguera@lasprovincias.es

Lunes, 3 de enero 2011, 17:39

Horacio Silva tuvo la suerte de destacar desde que salió de Bellas Artes, y en 1970 ya vivía de su obra. Cuatro décadas que le han permitido explorar la pintura a través de todos los estilos hasta convertirse en uno de los grandes nombres de la pintura valenciana actual. Aficionado a la fotografía, al cine y a la música, su taller-vivienda en Ruzafa refleja la pulcritud y el cuidadoso detalle de una obra que se expone en Europa, Asia y América.

-¿En qué está trabajando en estos momentos?

-Estoy terminando de embalar la obra que se expondrá a partir del día 21 de enero en Perpignan, también expongo en París y tengo un proyecto de mayor envergadura para Estados Unidos. Todo pintura.

-¿Qué sensaciones le quedaron de la exposición que inauguró el pasado mes de junio en Valencia?

-Ha sido una experiencia muy interesante. Cuando me la pidieron no tenía en mente exponer en Valencia, estaba trabajando con los cuadros que llevo ahora a Francia, pero me ha gustado mostrar mi última obra en Valencia sobre el papel. Ha sido un acierto, disfruté mucho viendo la obra colgada en una sala muy bonita.

-Esa exposición tenía mucho que ver con su último viaje a China, ¿se ha recuperado ya del choque cultural?

-China es inolvidable. Estuve muy cómodo, trabajando en el estudio de un artista chino para una exposición que hice en una galería. Es alucinante la actividad que se desarrolla actualmente en Beijin relacionada con el arte. Emerge un movimiento de artistas chinos, de galerías magníficas, lo que enriquece mucho a cualquier persona interesada por el arte y está allí.

-¿Qué tal se lleva con su propio pasado pictórico?

-Cuando uno trabaja lleva detrás un disco duro. Lo último se suma a tu raíz, y de vez en cuando echo la vista atrás y la que, realmente, se mantiene con cierta frescura es la época realista. Me siento contento de aquello, en un momento en que no era fácil hacerlo. Luego tocaba cambio, porque cuando doy un paso que creo interesante y veo que no está muy trillado, me siento muy satisfecho, pero cuando observo que esa tendencia se convierte en una moda, cambio radicalmente. La obra de los 70 me tiene muy contento. La obra que hago ahora tiene reminiscencias de lo interior, no en cuanto a cuestiones formales, pero sí a la hora de componer, armonizar y dibujar.

-¿Después de 40 años pintando y exponiendo, siente que se le ha quedado algo pendiente?

-No, porque fui muy afortunado. Siempre pude hacer lo que quise. Lo único que pienso es qué hubiera pasado si hubiese vivido en otra ciudad. O en otro país. Me quedé en Valencia, quizá por cierta comodidad y porque empecé a ser reconocido rápidamente. Quizá no fue buena suerte y me condicionó a quedarme aquí. Eso se queda ahí. Lo mejor es seguir adelante, porque siempre hice lo que quise, y eso no es fácil porque hay pintores que tienen que trabajar en otros ámbitos, y eso quita tiempo para pintar. Y si no he llegado más allá ha sido por un planteamiento equívoco de la promoción de mi obra, porque yo la veo, la siento tan buena como la de cualquiera.

-¿El lugar donde trabaja el artista es su principal condicionante?

-Es posible, tanto en sentido positivo como negativo. En cualquier caso, mi intento es que mi espacio sea cómodo, tanto en términos físicos como emocionales.

-¿Le interesa la reacción del que mira su obra?

-Me interesa que la obra guste, eso es parte del ego que alimenta quien expone, ya que mi trabajo es muy solitario, como le ocurre a la mayoría de artistas. Lo que esperas es gustar.

-¿El público, cada vez más global, percibe la singularidad del artista, sus orígenes?

-En China, un lugar donde constatar eso, entendí que estamos tan internacionalizados que no hay gran diferencia entre la pintura que se hace en diversas partes del mundo. Se unifican los estilos, creo que no es demasiado bueno, pero es lo que hay. La creatividad plástica se ha uniformado en todos los sentidos, hasta las instalaciones, fotografías... lo que sea, todo se está haciendo al mismo tiempo en todo el mundo. Hay pocas diferencias en las obras, en la pintura, y lo bueno de ello es la universalidad del arte.

-¿Le interesa lo que actualmente se expone en los museos valencianos?

-Siempre hay cosas interesantes. Los dibujos del MoMA en el IVAM son muy buenos, pero la crisis ha provocado una pérdida de ambición en todo lo relacionado con las exposiciones. Personalmente, a mí me maravilla el artista alemán Anselm Kiefer. Me entusiasma.

-¿Le cuesta entusiasmarse?

-Cada vez más. En los 70 y en los 80 había una gran expectación en la pintura, o en el cine. La cantidad de arte en circulación es mayor pero la calidad no, y cada vez es más difícil que algo te sorprenda.

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