PORNO PARA SEÑORITAS DEL SIGLO XXI

La situación se suele repetir. Quedamos las cinco o seis amigas habituales y después de ponernos al día acerca de los últimos chismorreos, comentar los modelitos de la temporada y despellejar a la amiga cuyos deberes conyugales impiden venir a la cena, al segundo gin-tonic, siempre terminamos hablando de sexo. Como nuestras vidas no son demasiado emocionantes, estas conversaciones también acaban repitiéndose. Los temas recurrentes son lo activo o pasivo que está la pareja recientemente, alguna fantasía que nunca llegaremos a cumplir o el último juguetito adquirido en el tupper sex de turno. Sin embargo, la otra noche una de ellas lanzó un nuevo asunto que fue objeto de intenso debate: el tipo de pornografía que le gusta consumir en aquellos momentos en los que decide apaciguar su apetito en solitario ante la ausencia de su pareja.

Nos enzarzamos en una interesante discusión acerca de cuál es el mejor canal de Internet para calmar esos oscuros deseos. Se citaron páginas web con nombres absolutamente ridículos que, aunque dirigidas al público masculino, también consiguen atraer a seguidoras ocasionales y más fieles de lo que uno pueda imaginar. La mayoría afirmó que en su elección nunca entra el porno tradicional, el de la enfermera cachonda y las hermanas gemelas con pechos XL. Lo que les pone a las mujeres, al menos es la conclusión a la que llegué, es el porno amateur, ese en el que una pareja normal coloca una cámara doméstica en un punto estratégico mientras se lo montan. Nada de ficción, ni diálogos absurdos ni argumentos inverosímiles. Voyeurismo 100%. Así es el porno para señoritas del siglo XXI.