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Politica

Riesgo de tsunami local en el PSPV

Blanquerías admite que Gandia y Benicàssim están en peligro y confía en poder salvar in extremis Elche Las municipales del 22-M llegan para los socialistas bajo la amenaza de perder sus plazas más emblemáticas

JUAN CARLOS FERRIOLJ. C. F.

Domingo, 6 de febrero 2011, 13:10

La batalla electoral en los 542 municipios de la Comunitat Valenciana del próximo 22-M servirá para redibujar el mapa del poder local en las tres provincias valencianas. Unos comicios marcados por el desgaste de la marca PSOE, entre otras razones por la crisis económica, y en los que Blanquerías admite que algunas de sus plazas más destacadas, como Elche, Gandia o Benicàssim, pueden estar en peligro.

Los socialistas valencianos afrontan las elecciones municipales a la defensiva. Es decir, más pensando en defender territorios que en conquistar otros nuevos. Las investigaciones judiciales que afectan a dirigentes populares, y que a nivel autonómico no reflejan desgaste alguno para el PP, a nivel municipal todavía tienen menos trascendencia. Las motivaciones del voto tienen que ver mucho más con situaciones personales, y desde esa óptica la situación económica sí que puede contribuir a que el electorado progresista exprese su malestar también en la votación de las municipales. El tsunami que los socialistas temen para el 22-M en muchos gobiernos autonómicos y en algunos de los principales ayuntamientos españoles puede derivar, en el caso de la Comunitat, en la consolidación del poder local del PP y en un retroceso socialista de consecuencias impredecibles.

En las grandes capitales de la Comunitat -las quince de más de 50.000 habitantes- las posibilidades de cambio de color político del Gobierno municipal sólo afectan a las tres gobernadas por el PSPV: Elche, Gandia y Benidorm. La capital ilicitana constituye un símbolo de los gobiernos municipales socialistas en la Comunitat. No sólo es la capital de más población de las que gobierna el PSPV; también es una referencia que ya soportó la ola de mayorías locales populares en 1995 y que en 2007 Alejandro Soler logró mantener por un centenar de votos.

Para el 22-M, el PP da por segura la victoria de Mercedes Alonso. El hecho, de producirse, constituiría un golpe moral sin precedentes para Blanquerías. Los socialistas valencianos, en cambio, admiten que han estado por detrás del PP en intención de voto, pero que en la recta final de campaña han recuperado espacio y que al 22-M llegarán por delante de los populares. Elche es la tercera ciudad de la Comunitat, es decir, un apetitoso bocado que las maquinarias de los dos grandes partidos se disputarán sin piedad. Que el PSOE haya celebrado en esa ciudad algunos de sus actos políticos más destacados -la última visita de Zapatero a la Comunitat, sin ir más lejos- no es ninguna casualidad.

En las últimas municipales, Soler se impuso por apenas cien votos, una distancia insignificante que podría no ser suficiente para retener la alcaldía.

La 'alternativa' Orengo

En Gandia, las cosas tampoco están mucho más decididas. El alcalde socialista, José Manuel Orengo, ha marcado distancias de forma explícita con algunas de las decisiones adoptadas por el Ejecutivo central -rechaza los sondeos petrolíferos y favorece las terrazas para que se pueda fumar-. Los socialistas de La Safor saben que su futuro depende mucho de la supervivencia de Fernando Mut, y de los votos que éste pueda robarle al PP. En la calle Quart, sede regional de los populares, el triunfo en Gandia -otro histórico feudo socialista- también se da por seguro. Del resultado que se obtenga en esta ciudad dependen otras muchas cosas en el PSPV. Si Orengo resiste, se convertirá en uno de los escasos referentes socialistas de éxito, y esa circunstancia, en función de cómo le hayan ido las cosas a Jorge Alarte en la carrera por la presidencia de la Generalitat, puede resultar trascendental. Los socialistas se impusieron por prácticamente 3.000 votos en 2007, de manera que un eventual triunfo del candidato popular, Arturo Torró, supondría la demostración más evidente del terremoto político en que pueden convertirse los comicios del 22-M para Blanquerías.

La tercera 'gran ciudad' en peligro para el PSPV es Benidorm. La moción de censura que hace año y medio permitió arrebatar la alcaldía al popular Manuel Pérez Fenoll y la designación del tránsfuga Agustín Navarro como cabeza de lista representan una incógnita para el resultado del 22-M. Los navajazos públicos entre el exalcalde y Gema Amor por optar a la alcaldía desde las filas populares tampoco aclaran el escenario. Blanquerías admite que de la cohesión con la que lleguen los populares al 22-M dependerá el resultado en esa ciudad.

Huracán Barberá

El resto de grandes ciudades de la Comunitat, incluídas las capitales de provincia, no están sujetas a sorpresa. Nadie discute, ni los socialistas, que Rita Barberá se alzará con una nueva mayoría absoluta en la ciudad de Valencia, hasta el punto de que la única duda pasa por saber si el PP llegará a disponer de dos tercios de los concejales -sólo le falta uno-, y si el batacazo socialista será tan grande como para perder dos de sus actuales ediles. Barberá, que gobierna desde 1991 y que obtuvo 95.000 votos de diferencia en los comicios de 2007, no sólo es reconocida en Blanquerías como el principal problema al que se enfrenta el partido con miras a consolidar sus opciones incluso a nivel autonómico, sino que su tirón electoral ha contribuido de forma indiscutible a consolidar los gobiernos populares en muchos ayuntamientos del área metropolitana. En 2007 el presidente Francisco Camps formó junto al huracán Barberá un equipo imbatible, que extendió su ámbito influencia mucho más allá del cap i casal, y todo apunta a que en la próxima campaña electoral ocurrirá algo muy similar.

En Alicante, la voluntariosa campaña de Elena Martín no lleva camino de servir para impedir que Sonia Castedo se haga con la victoria. Blanquerías admite que será difícil estar tan cerca como hace cuatro años, cuando Etelvina Andreu se quedó a 4.000 votos de un agotado Luis Díaz Alperi. Castedo ha hecho olvidar al exalcalde y Martín tiene complicado superar su hasta hace poco invisibilidad en la política alicantina. Tampoco parece que Castellón vaya a sufrir ningún tipo de vuelco el 22-M -no lo esperan ni socialistas ni populares-.

Desde la óptica del PSPV, uno de los objetivos a lograr en las municipales pasa por restablecer el equilibrio en el área metropolitana de Valencia. Lo que históricamente se conoció como 'cinturón rojo', en alusión a la mayoría de alcaldías gobernadas por el PSPV, ha ido ganando un marcado color azul. Las derrotas en Paterna, Torrent y Mislata, por poner sólo tres ejemplos, hicieron mucho daño en Blanquerías. Los socialistas aseguran estar en disposición de recuperar al menos ese tercer municipio, y confían en mejorar sus resultados en los otros dos -una expectativa que sigue siendo demasiado baja para un partido que ha gobernado Torrent y Paterna durante décadas-. María José Catalá y Lorenzo Agustí lograron convertirse en 2007 en dos de los grandes protagonistas de las elecciones municipales. Una legislatura después, las expectativas de ambos siguen siendo de victoria, a pesar de gobernar municipios sociológicamente considerados como de mayoría progresista.

Desde las filas populares, se da por hecho incluso que se pueden lograr también otras dos alcaldías históricas del PSPV: Xirivella y Aldaia. Burjassot -la ciudad que visitó hace pocas fechas el ex presidente Felipe González- puede ser otra incógnita. Todavía en el área metropolitana, los socialistas dan por segura la victoria en Alaquàs, un municipio cargado de simbolismo por ser la localidad de la que fue alcalde Jorge Alarte. La incapacidad de los populares para encontrar un candidato a la alcaldía sin enfrentamientos es el mejor reflejo de que la calle Quart da por segura la derrota en esa ciudad. Manises tampoco arroja demasiadas dudas. La división en el seno del PSPV convierte en más que previsible la victoria de su actual alcalde, Enrique Crespo.

Fuera del área metropolitana, los socialistas centran sus esperanzas en Sagunto. No tanto por impedir la victoria del PP de Alfredo Castelló como por conseguir que no llegue a la mayoría absoluta. También confían en la victoria en Sueca y Ontinyent.

En la provincia de Castellón, las expectativas de cambio también afectan sólo a municipios gobernados por los socialistas. La salida de Francesc Colomer de Benicàssim -el hasta ahora alcalde irá de número dos y encabezará la lista autonómica- puede poner en peligro la victoria del PSPV en un municipio de tanto peso específico. Los populares se atribuyen también opciones de triunfo en Onda, Alcora y Vinaròs. Blanquerías admite alguna dificultad en la primera de esas tres ciudades, como consecuencia del relevo del histórico Enrique Navarro como candidato a la alcaldía. Que la salida se haya producido de forma tranquila y la implicación del exalcalde en la campaña electoral puede ayudar a sostener al PSPV en ese Ayuntamiento.

En la provincia de Alicante, Elda y San Vicent del Raspeig no corren ningún peligro para los populares. Luisa Pastor, la alcaldesa de este tercer municipio, hará valer de nuevo su incuestionable tirón. Los socialistas, que en las generales y en las europeas se quedaron a poco más de 1.000 votos del PP, admiten que cuando llegan los comicios locales, Pastor (viuda del conseller José Ramón García Antón) ensancha la diferencia por encima de los 4.000 sufragios. Tampoco Torrevieja ni Orihuela parecen dejar excesivo margen para la sorpresa. En contra de lo que podría parecer, Alcoi preocupa bastante más en la calle Quart.

José María Ángel es el responsable de Política Municipal del PSPV y persona de la máxima confianza de Jorge Alarte.

-¿Las expectativas para el 22-M?

-Se ha producido un relevo generacional de muchos de nuestros candidatos, que aspiran a propiciar una rehabilitación democrática de nuestra Comunitat, basada en políticas progresistas.

-¿Sería una tragedia perder la alcaldía de Elche?

-En ninguna de nuestras quinielas contemplamos perder Elche. Alejandro Soler ha acertado con el diseño de esta gran ciudad, que cuenta con nuevas infraestructuras y nuevos proyectos de futuro.

-¿La candidatura de Valencia está de brazos caídos?

-No. Se trata de una organización compleja y complicada, y eso se ha traducido en la composición de una candidatura joven, que aspira a darle la vuelta a la ciudad.

-¿Un buen resultado en el cap i casal garantiza el éxito en las autonómicas?

-Toda el área metropolitana va a tener una influencia tremenda. Por eso hemos realizado ese esfuerzo de cambio en muchos de nuestros candidatos en esos municipios.

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