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HÉCTOR ESTEBAN
Lunes, 21 de febrero 2011, 01:07
A catalanes y valencianos les interesa mantener una relación institucional fluida. Esto es lo que parece que busca el nuevo presidente de la Generalitat catalana, Artur Mas, que está dispuesto a impulsar contactos «de alto nivel» con su homólogo valenciano, Francisco Camps. Si para eso es necesario apartar lo que molesta, entiéndase Acció Cultural del País Valencià, no habrá ningún problema, según las fuentes consultadas.
La otra clave está en 2012. Una buena experiencia con Camps sería la mejor pretemporada con miras a una victoria del PP en las generales huérfana de la mayoría absoluta. La CiU de Mas podría ser un bueno socio en el camino. Quién sabe si Rajoy en un futuro necesitará a los nacionalistas catalanes.
En Cataluña hay querencia por llevarse bien con la Comunitat. El Consell incluso tuvo guiños con el gobierno del tripartito y a nivel empresarial existe comodidad ante el olvido de rencores pasados. Las Cámaras de Comercio son el mejor ejemplo de la cordialidad. De hecho, ha habido nerviosismo empresarial este fin de semana por la cuestión de TV3
Convergéncia i Unió quiere una relación en positivo para luchar por los intereses compartidos. Y si para eso es necesario eliminar lo que molesta, «se hace y no pasa nada», señalaron ayer fuentes cercanas a los nacionalistas catalanes.
Lo que molesta podrían ser las subvenciones millonarias que recibe Acció Cultural del País Valencià desde Cataluña. El conglomerado tejido por Eliseu Climent pescó de la Convergència de Jordi Pujol y del tripartito liderado por Montilla. «Pero Mas es otra persona», continuaron las mismas fuentes, que apuntaron que desde Cataluña no se quiere que el dinero sólo sirva para pagar multas.
Los nacionalistas catalanes también recelan de que personas muy vinculadas a Acció Cultural, como son Toni Gisbert y, especialmente, Núria Cadenas, se hayan involucrado intensamente con Solidaritat Catalana, el partido que lidera el ex presidente del Barcelona Joan Laporta. Cadenas es una de los máximos exponentes en la Comunitat de la versión más radical en favor de los països catalans.
Artur Mas y su entorno consideran que todo aquello pertenece a tiempos pasados y que ahora hay que abrir un nuevo camino de diálogo con el presidente Camps como interlocutor. El objetivo es poner encima de la mesa todos aquellos proyectos que interesen a ambas autonomías y que permitan prosperar en un futuro. El Corredor Mediterráneo es uno de los grandes objetivos para ambos.
Las fuentes conocedoras de los movimientos que se pueden producir en un futuro, especialmente después del 22 de mayo, apuntaron que TV3 puede servir de termómetro : «Aquí es donde el Consell de Camps demostrará si está por el lío o por el acuerdo».
La consellera Paula Sánchez de León ya señaló el pasado viernes que el Gobierno valenciano no tenía ningún problema en que se emitiera TV3 en la Comunitat siempre que el Ejecutivo de Zapatero autorizara un tercer múltiplex. Además, así se lo transmitió al ministro de Industria, Miguel Sebastián, el marzo de 2010. La respuesta de Madrid fue que la Generalitat tenía canales vacío en su segundo múltiplex. Durán i Lleida pidió ayer al Gobierno que no vete una ILP para que se pueda ver TV3 en la Comunitat.
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