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F. RICÓS
Jueves, 3 de marzo 2011, 10:52
El 4 de mayo de 2002, José Luis Bayo cayó en desgracia. Al que estaba llamado a ser el presidente regional de Nuevas Generaciones sólo le quedó el consuelo de abrazar a sus acólitos en la sala de conferencias del Museo Príncipe Felipe mientras el partido encumbraba a Verónica Marcos. El día de antes, Eduardo Zaplana, a su estilo, le cortó la cabeza a aquel chaval que nunca superó ese golpe.
Desde ese día, Bayo se dedicó a bucear por el subsuelo del partido. Decidió apartarse del próspero negocio familiar -una empresa líder en el aluminio- para forjarse, como sea, un futuro en política al precio que fuera. Todos reconocen que era un gran trabajador y que se ganó con sudor el liderazgo en Nuevas Generaciones. Pero Zaplana tenía estas cosas y lo guillotinó.
Tras el desaire de Zaplana, Bayo buscó acomodo en el campismo. Pensaba que iba a ir en listas en 2003. No fue y se cabreó. En 2007, lo mismo. Y en 2008, montó en cólera después de que el cunero Ignacio Uriarte le 'quitara' el sitio. Todo esto alimentó su ira.
Bayo pagó las promesas incumplidas con amenazas a los cachorros populares y con malas artes. Nunca apoyó a Verónica Marcos, a la que culpó de su desgracia, y durante su etapa al frente de la provincial de Nuevas Generaciones en Valencia el partido encadenó escándalo tras escándalo. Algunos con temas de acoso sexual de por medio y cartas amenazadoras entre militantes. Bayo se vio obligado a dimitir por el cruce de mensajes entre varios militantes de Nuevas Generaciones con amenazas de muerte de por medio.
Ahora se sabe que al problema de los mensajes hay que sumarle el caso Majestic, un cruce de denuncias entre la que fuera dueña de la casa de citas de este nombre, Pilar Monreal, que acusa al concejal Vicente Igual de pedirle 100.000 euros para darle licencia al local, mientras el regidor del PP acusa a la mujer de calumnias con publicidad. Bayo aparece en la grabación como el posible intermediario.
El asunto de los mensajes y su destitución en 2008, poco antes de las elecciones generales, tuvo que ver con su enfrentamiento con Belén Hoyo, persona de confianza de Alfonso Rus y que finalmente se hizo con las riendas de la organización en la provincia de Valencia. Ricardo Costa, entonces número dos del PPCV, le ordenó que firmara su dimisión. Fue un 17 de marzo de 2008. Había llegado al cargo el 16 de diciembre de 2000.
En 2001, siendo presidenta de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias Emma Iranzo, el organismo contrató a Bayo como vicesecretario, cargo que dejó al abandonar la presidencia provincial de NNGG de la provincia de Valencia. «Bayo le ha hecho la vida imposible a mucha gente y siempre con amenazas», señaló ayer una voz autorizada de la rama juvenil del PPCV.
El tema del Majestic no es nuevo. Lleva tres años en marcha. El caso le costó el puesto al dirigente juvenil, que nunca dejó de medrar para echar pestes de muchos de sus compañeros. «Es un mentiroso compulsivo, con malas formas y amenazas», señalaron otras fuentes de la misma organización juvenil. «Apuntaba maneras por su forma de meterse en problemas. Tenía muchas aspiraciones que no consiguió», señaló un miembro de la que fue su ejecutiva provincial.
Además, «se las daba de que tenía mucho poder», puntualizaron. Esta reflexión, realizada por un compañero de ejecutiva, parece que se acerca bastante a su participación en el asunto del Majestic. Quien le grabó fue Naomi Monreal, simpatizante de Nuevas Generaciones del PP. La madre de Naomi, Pilar Monreal, era entonces dueña del club de alterne Majestic, que no recibía la licencia municipal de actividad.
José Luis Bayo se dejó llevar por el corazón y quizá para impresionar a la joven simpatizante del PP haciéndole un favor a su madre, posiblemente se ofreció para mediar ante el concejal de Valencia Vicente Igual con el fin de conseguir la ansiada licencia de actividad y demostrar a la que quería que fuera su chica que era capaz de mucho.
Ese arranque de machito -siempre hablando en hipótesis- no traspasó el umbral de la puerta principal del Ayuntamiento. «Sé que no he hecho absolutamente nada, pero no puedo hacer declaraciones. Ya sé que me están cargando el mochuelo, pero lo que tenga que decir lo diré en el juzgado. Ya me gustaría decir cuatro cosas que tengo que decir, pero ahora no puedo hablar», afirmó ayer José Luis Bayo, expresidente de Nuevas Generaciones del PP, involucrado en el presunto caso de extorsión del club Majestic.
El asunto se encuentra en manos de la justicia por un cruce de denuncias entre la asesora jurídica de Universo Majestic, Pilar Monreal, propietaria de una casa citas revestida de hostal de una estrella en la calle Marco Merenciano de Valencia, y Vicente Igual, concejal del PP en el Ayuntamiento de la capital de la Comunitat.
Pilar Monreal señala a Igual en su denuncia y en una grabación, presuntamente, como el concejal que le reclama 100.000 euros por darle una licencia de actividad para su negocio, hecho que califica de «extorsión», a través de un intermediario que presuntamente era Bayo. Vicente Igual, por su parte, denunció a Pilar Monreal por un presunto delito de calumnias con publicidad aunque dejó fuera del asunto a José Luis Bayo, cuya conducta calificó el regidos del PP como «lamentable».
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