Barberá acusa a Costas de ir contra Pinedo y el Saler por los chiringuitos

La alcaldesa Rita Barberá aseguró ayer que la amenaza de retirada de bandera azul a las playas de Pinedo y el Saler durante los próximos dos años se deben a que esta parte del litoral acoge los restaurantes que se han opuesto en los últimos años a reducir la superficie de las terrazas. Los conocidos chiringuitos reciben así un «toque» de atención que no sucede «en las otras playas», aseguró en referencia a las de Cabanyal y la Malvarrosa.

Como publicó ayer LAS PROVINCIAS, el organismo que reparte estos galardones, la Asociación de Educación Ambiental ha remitido al Ayuntamiento una carta donde se sugiere un mayor control de la ocupación de las playas de Pinedo y el Saler de hamacas y sombrillas.

«Nunca se ha pedido ese parámetro», dijo la alcaldesa, en referencia a la advertencia de la entidad. «Es como cuando vino un inspector el día después de la Noche de San Juan a comprobar cómo estaba la playa», sobre otro incidente sobre la concesión de banderas azules. Afirmó que se trata de una «obsesión, arbitrariedad y obsesión» de Costas, que si no fuera algo tan serio sería para «echarnos a reír».

«Primero fueron los chiringuitos, después los eventos deportivos, luego la mascletà en la playa y ahora las hamacas». Además, insistió en que la carta tiene fecha de finales de febrero, cuando «no había hamacas puestas, no sé de qué nos tienen que advertir».

«Ese señor asesora al Ministerio y dice que es a sugerencia de Costas», comentó sobre el responsable de la asociación. La concejala de Playas, Lourdes Bernal, aseguró que ya ha contestado por carta a la entidad, para decirle que se hará cumplir la normativa de ocupación del litoral en lo que respecta a las hamacas y las sombrillas.

Barberá realizó estas declaraciones tras una visita al futuro teatro de la Rambleta, junto al bulevar sur, en el barrio de San Marcelino. El auditorio está muy adelantado y la previsión es que se inaugure a principios del próximo año, según indicó el concejal de Grandes Proyectos, Alfonso Grau.

Con una inversión de 14 millones de euros, las empresas Cyes, Secopsa y Ortiz han asumido también la gestión cultural. La concesión administrativa se extiende durante dos décadas y el Ayuntamiento tendrá que abonar un canon de 2,3 millones anuales a cambio de incluir equipamientos públicos.

El nuevo centro cultural contará con un teatro-auditorio con capacidad para 700 butacas, una caja escénica con amplitud suficiente para albergar escenario para banda de música, maquinaria escénica, camerinos y sala de ensayos.

La alcaldesa estuvo acompañada por dirigentes vecinales, a los que se dirigió diciendo que desde que está al frente de la alcaldía «hemos invertido 581 veces más en el barrio de San Marcelino que en toda la etapa socialista anterior».

Las instalaciones se completan, además, con un contenedor cultural que podrá alojar exposiciones, conferencias o reuniones. También una nueva biblioteca que se suma a la red municipal, despachos para ser utilizados por asociaciones y como aulas-taller.

El centro dispondrá de una escuela de música, en la que se ofrecerá un programa para las necesidades de una banda de música con despachos, sala de profesores, sala de juntas, biblioteca, aulas aptas para clases solfeo e instrumentos».