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Especialistas de la policía judicial examinan los restos de la explosión en la calle Azcárraga. :: VICENTE MARTINEZ
La jueza reclama 4,5 millones de fianza a la falla Azcárraga por la explosión de 2007
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La jueza reclama 4,5 millones de fianza a la falla Azcárraga por la explosión de 2007

La magistrada dicta la apertura de juicio, en el que las pólizas de los seguros únicamente cubren 1,3 millones

A. RALLO

Viernes, 4 de marzo 2011, 09:09

La falla Azcárraga-Fernando el Católico vive desde 2007 un calvario. Aquel año, la explosión de una furgoneta de la pirotecnia que preparaba los fuegos artificiales causó una veintena de heridos y cuantiosos daños materiales. Cuatro años más tarde, el panorama judicial es complicado. El juzgado de instrucción número 17 de Valencia ha decretado la apertura de juicio oral contra el presidente de la comisión y el pirotécnico y reclama una fianza de 4,5 millones de euros. Esta sería la cantidad con la que hacer frente a las más que probables indemnizaciones.

Tres compañías aseguradoras figuran también como responsables civiles directos. Se trata del seguro de la propia comisión, el de la pirotecnia y otro que tiene contratado el Ayuntamiento de Valencia. En total, las pólizas cubren 1.350.000 euros, según confirmó ayer el abogado que representa a la falla Azcárraga. Al resto tendrán que hacer frente los dos acusados. Pero, en el caso de que esto no fuera posible, se procederá al «embargo de bienes en cuantía suficiente a cubrir la cantidad requerida», según consta en el auto al que ha tenido acceso LAS PROVINCIAS.

El letrado reconoció que desconocen cómo harán frente a esas cantidades y que tampoco la comisión -como ninguna en Valencia- dispone de bienes de este valor. En sus cálculos iniciales barajaban la idea de unos dos millones de euros. Sin embargo, las acusaciones particulares, los seguros de hogar que cubrieron los daños en viviendas y locales en un primer momento, ha disparado esta cantidad hasta más del doble.

La falla, al igual que la pirotecnia, figura a su vez como responsables civiles subsidiarios. El propio abogado no descartó que se pudiera proceder incluso al embargo del casal que, al parecer, es propiedad de la falla. El caso terminará en un juzgado de lo Penal, tal y como recoge el auto. La fecha del juicio no será antes de un año.

LAS PROVINCIAS ya informó en su día del escrito de acusación de la Fiscalía. El Ministerio Público solicita seis meses de prisión para el presidente de la comisión y la misma pena para el pirotécnico del disparo por cinco delitos de lesiones y otro de daños por imprudencia grave.

Una veintena de personas, entre ellas falleros y vecinos de la zona, resultaron heridas como consecuencia del suceso. Además, decenas de viviendas, locales comerciales y vehículos sufrieron daños. Algunos perjudicados ya han cobrado, pero quedan otros muchos pendientes de pago.

Los hechos sucedieron el 16 de marzo de 2007, en plena semana fallera. La pirotecnia Quiles, propiedad de Vicente Caballer, era la encargada de los disparos de los fuegos artificiales durante las fiestas. El pirotécnico debía preparar para aquella jornada seis rollos de traca china y una bici-mascletà. Eran las once de la mañana, cuando el trabajador de la empresa de fuegos llegó a la calle Azcárraga y detuvo su furgoneta. El vehículo almacenaba gran cantidad de pólvora. No sólo el destinado a esa falla sino también a otras. Suele ser habitual que una misma empresa elabore fuegos para otras comisiones. En este caso era para Pío XI.

Así, en esa furgoneta había otros 38 kilos de pólvora, entre traca de cuerda valenciana, traca china, grupos terremotos y carcasas de color y trueno. La investigación judicial, que ha durado más de tres años, no ha podido determinar con certeza las causas de la deflagración. Quizá una chispa de fuego o la incorrecta colocación del material, figuran como hipótesis.

Varias imprudencias

El Ministerio Público considera que el pirotécnico acusado cometió una serie de imprudencias. En primer lugar, dejó la furgoneta en un lugar incorrecto pese a que conocía que la zona autorizada para el disparo era en la avenida. No es un dato secundario. La anchura de la calle Azcárraga es de 16 metros, según consta en el escrito acusación. Esta relativa estrechez -frente a la anchura que ofrece la otra vía- acrecentó los daños de la explosión.

Otra de las imprudencias que recoge la fiscal es que el profesional comenzó a colocar el material pirotécnico pese a que había niños que estaban tirando petardos a escasos metros, y los falleros habían dispuesto mesas en el exterior para la comida de ese día. Además, mientras realizaba la instalación de la mascletà «debía abrir y cerrar repetidamente la puerta trasera de la furgoneta». A todo lo anterior hay que sumar que la llave de la furgoneta se encontraba en el contacto. Y este fue el tercer error. Se desconoce si el motor estaba o no en marcha en el momento de los hechos.

Tampoco el presidente de la falla en aquellas fechas -ahora se encarga otro miembro de la comisión- se percató de todo lo anterior. La explosión se produjo unos minutos después de las 13 horas, cuando el pirotécnico se disponía a abandonar el lugar. Lo último que vio antes de la brutal explosión fue que salía humo del motor de la furgoneta. Por suerte, no hubo que lamentar víctimas mortales.

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