Suenan los clarines en Villena

La plaza de toros de Villena está a punto de ponerse el traje de luces. El Consistorio ha programado el primer acto para el próximo 26 de marzo y, aunque la alcaldesa Celia Lledó no ha querido desvelar su contenido, no será un festejo taurino. La primera corrida que acogerá el coso villenense, tras permanecer más de tres décadas sin toros, se celebrará el próximo 10 de abril.

El cartel está todavía ultimándose ya que los organizadores quieren disponer de los mejores espadas para conseguir un lleno hasta la bandera, tal y como merece el acontecimiento. Y no es para menos. No en vano, el coliseo villenense, el recinto más grande de la provincia solo por detrás de la plaza de Alicante, reabre sus puertas 115 años después de su inauguración allá por el año 1926. La construcción del edificio fue sufragada mediante aportaciones de los propios vecinos, lo que le confiere un enorme valor sentimental.

A partir de ahora la plaza de Villena se convierte en el recinto taurino cubierto con mayor capacidad de la provincia, unas 4.000 localidades. Los operarios andaban ayer precisamente atareados en el proceso de sellado del puzzle de más de 500 vidrieras que compone la techumbre del coso.

La primera autoridad local ha enviado una invitación a cada uno de los 34.000 vecinos de la ciudad para que sean partícipes del acontecimiento, aunque está claro que solo una décima parte de la población tendrá el privilegio de vivirlo en directo, dado el aforo del recinto.

No obstante, el Ayuntamiento ha previsto realizar una jornada de puertas abiertas para el domingo siguiente a la inauguración, así como los días 2 y 3 de abril coincidiendo con una feria outlet de productos locales, con el propósito de satisfacer la curiosidad de los vecinos, taurinos y no taurinos, impacientes por conocer el resultado de las obras de rehabilitación cuyo coste supera los 15 millones de euros. Lo que no ha podido asegurar la regidora villenense es si el día 26 estará disponible el aparcamiento subterráneo del coso.

Otra de las construcciones que está pendiente de su finalización es el complejo en forma de pirámide conectado a la plaza que albergará un restaurante y algunos locales comerciales.

Celia Lledó ha reiterado que la gestión del nuevo recinto -que será una especie de ágora cultural- correrá a cargo del Ayuntamiento y en ningún caso se subastará al mejor postor.