Sin noticias de los silos de San Blas

Las obras para la ejecución del último tramo del AVE a Alicante han comenzado ya a ejecutarse y aún es una incógnita si se llevarán por delante o respetarán los silos de San Blas.

Esta edificación, perteneciente a la antigua fábrica de Harinas Magro, está afectada por el trazado de las vías, por lo que el Ministerio de Fomento ordenó su derribo. Sin embargo, la intervención de la asociación Alicante Vivo y de la alcaldesa, Sonia Castedo, paralizaron la orden y llevaron a Avant a comprometerse a estudiar la viabilidad de mantener los silos.

Fuentes de la sociedad confirmaron ayer que se ha encargado a una empresa externa la ejecución de un informe que valore esta viabilidad, pero señalaron que los resultados del mismo aún no están disponibles, lo que no es óbice, explican, para que las obras puedan desarrollarse.

Mientras, Adif y el Ayuntamiento desconocen la marcha de este informe y el ente dependiente de Fomento explica que, por el momento, el proyecto que se maneja es el que implica su derribo, pero no actuarán ni en un sentido ni en otro hasta que Avant no se pronuncie.

Los miembros de Alicante Vivo, que presentaron a finales de noviembre un informe de viabilidad que contiene tres propuestas de modificación del trazado del AVE que permitirían conservar los silos, lamentaron ayer que, transcurridos más de tres meses, no se les haya informado sobre lo que se va a hacer con esta edificación.

«Hemos preguntado con cierta asiduidad al Ayuntamiento, pero nos dicen que no saben nada aún», indican. Mientras, «vemos cómo arrancan las obras del último tramo y nos tememos que no nos digan nada hasta que sea inevitable derribarlos por el avance del trazado tal y como estaba planeado originalmente», aseguran.

La asociación pretende convertir el edificio industrial en un centro cultural o de ocio para el disfrute ciudadano, integrado en el entorno. Considera que los silos tienen un valor histórico, aunque no estén protegidos, y que el coste de rehabilitarlos sería menor que el de derribarlos, dado que «sólo están afectados por el trazado provisional de vías, que desaparecerán con el soterramiento».