Gata tilda de «barbaridad» el trazado del gasoducto

La alcaldesa Ana María Soler, mostró ayer un tajante rechazo al trazado autorizado por la Conselleria de Infraestructuras para las canalizaciones de gas natural en su término municipal, un recorrido que tildó de «auténtica barbaridad».

Soler denunció que en vez de discurrir por caminos públicos, el gasoducto va por infinidad de propiedades privadas, pasa por encima de barbacoas, gallineros o piscinas y que, además, estos terrenos están catalogados bajo protección por el Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN) del Montgó.

Además de las molestias de tener que dejar libre el acceso y una franja de sus tierras como servidumbre y del temor de las personas a acoger esta infraestructura ante alguna hipotética fuga o avería, en Gata se palpa malestar entre propietarios a los que la protección del parque natural les impide hacer obras pero ven cómo se da vía verde a que se soterren unas cañerías para gas bajo el mismo suelo de riqueza ecológica.

Soler reiteró que todo es incomprensible y advirtió que agotará todas las vías para evitar que los gateros paguen «un precio tan alto» por el gasoducto. De momento, presentará alegaciones al trazado y logrado el apoyo de los alcaldes de Xàbia y Jesús Pobre, que respaldan un recorrido alternativo que aunque afecta a sus términos municipales, cruza por caminos públicos siguiendo la ruta de Les Valls.

La alcaldesa ya avanzó que no dudará en acudir a los juzgados, aunque confía en que las cosas se puedan encauzar por las buenas.

Según Soler, la situación se podría haber evitado si los responsable, políticos y técnicos de la Conselleria, hubieran visitado in situ los terrenos. Ana María Soler reclamó «que vengan a Gata, se ensucien los zapatos y vean el daño que se va a hacer».

Por el momento, sólo la empresa que hará el gasolucto se ha desplazado hasta Gata y ha mirado ahorrar lo máximo en el tendido. Pero ni siquiera de esto están convencidos en Gata porque, aunque con el trazado elegido se han de hacer 2 kilómetros menos de tubería, después será mucho mayor el gasto para reconstruir los muros privados que ha de derruir.

Una de las cosas que más ha molestado a la alcaldesa es saber que en otros municipios se han atendido las alegaciones mientras que en Gata «parece que han dicho ancha es Castilla, y nos han partido el término sin tener en cuenta que se atraviesa lo poco que queda de riqueza agrícola».

El alcalde de Jesús Pobre, Antonio Llobell, apuntó que el gasoducto también afecta al colector ecológico y censuró que mientras intentan convencer a los agricultores que fomenten los cultivos ecológicos, otras administraciones les destrocen las tierras. Tanto Llobell como el primer edil de Xàbia, Eduardo Monfort, mostraron su total respaldo a la alcaldesa de Gata.