Tierra de libertad

El pasado día 20 de marzo, el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, en un acto de apoyo a las candidaturas socialistas de la provincia de Castellón, afirmó que en la Comunidad Valenciana se vive en una «tierra políticamente hostil», como en el País Vasco, «donde los socialistas con la ayuda de este gobierno están a punto de conseguir la paz».

Como persona amenazada por la banda terrorista ETA y exiliada en la Comunidad Valenciana puedo asegurar que dichas palabras, más allá de su profundo carácter falaz, encierran un grado de indignidad y de mala fe difícilmente esperable de uno de los máximos responsables del gobierno de España, máxime cuando el ministro señor Jáuregui en su condición de vasco conoce la realidad de los hechos que ocurren en dicha tierra.

El País Vasco padece un régimen de pseudo o semilibertad donde una parte de la población vive amenazada y otro sector importante se somete a una diaria autocensura con el fin de no despertar 'sospechas' en sus vecinos, conocidos o compañeros de trabajo. Junto con la amenaza (siempre presente) del tiro en la nuca o de la bomba de ETA, se cierne sobre el día a día de muchos cientos de miles de vascos el miedo (profundo, silencioso pero absolutamente corruptor de conciencias) a ser identificado como 'el otro' o 'el enemigo'. Hablar de libertad política plena en el País Vasco (y ello a pesar de la mejora experimentada gracias al gobierno constitucionalista en la comunidad autónoma) resulta poco menos que una broma pesada.

Por ello, comparar dicha situación con la de la Comunidad Valenciana resulta cuanto menos esperpéntico. De ello dan fe los miles de disidentes y víctimas del terrorismo etarra que hemos elegido la Comunidad Valenciana cuando nos hemos visto obligados a abandonar nuestra tierra y el unánime sentimiento de libertad y gratitud hacia esta región que todos nosotros sentimos, y ello con independencia del credo político de cada uno.

Sirvan las declaraciones anteriores, por un lado, para demostrar la profunda falsedad de las afirmaciones de don Ramón Jáuregui. No obstante, y viniendo dichas palabras de quien provienen, me veo obligada a dar un paso más. Porque cuando don Ramón Jáuregui (que como vasco y ex dirigente del PSE sabe que sus afirmaciones sencillamente no se sostienen) se lanza a tal diatriba argumental lo hace con una profunda mala fe indigna de un dirigente político de su nivel. Señor Jáuregui, en política todo no vale. Entiendo su grado de nerviosismo pues es probable que los actuales dirigentes del PSOE y miembros del gobierno central pasen a la historia por haber obtenido los peores resultados electorales de dicho partido en democracia. Pero su nefasta gestión de la crisis económica, sus mentiras (¿recuerda, señor Jáuregui, cuando el señor Rodríguez Zapatero o el señor Solbes negaban la existencia de la crisis económica?) y su absoluta incapacidad para impulsar una acción de gobierno digna de tal nombre no se enjuagan mediante ataques falaces a una región que se ha convertido en un referente nacional e internacional de modernidad, progreso y de libertad. La Comunidad Valenciana, por mucho que le duela al gobierno del señor Rodríguez Zapatero, constituye actualmente un modelo de la España del futuro frente a la España caduca y obsoleta que representa el gobierno central.

Lo más grave de todo esto es que actualmente el señor Ramón Jáuregui ocupa el cargo de ministro de Presidencia por lo que es de suponer que sus vergonzosas palabras expresan el sentir de dicho gobierno. En todo caso, con afirmaciones como las anteriores queda claro lo que en la Comunidad Valenciana podemos esperar del gobierno central.

Por cierto, quería acabar con una reflexión acerca de la postura de los dirigentes del Partido Socialista en la Comunidad Valenciana ante las graves afirmaciones de Ramón Jáuregui. Lejos de corregir a su correligionario, los dirigentes del PSCV con el señor Alarte a la cabeza se han dedicado a reírle la ocurrencia al Ministro de la Presidencia y a afirmar lo acertado de las palabras del Ministro. Realmente si esta es la visión que tienen de la Comunidad a la que pretenden representar, me pregunto en qué manos se encuentra el socialismo valenciano.