El director deportivo del CF Gandia pone su cargo a disposición de la junta directiva

Más madera para la caldera político-deportiva que rodea al CF Gandia. Después de una década con Dionisio Ollero navegando en las arenas movedizas del politiqueo local, ahora es Marcos Estruch quien acepta los cantos de sirena de Arturo Torró para entrar a formar parte de su equipo de cara a las elecciones municipales.

De entrada, su decisión pone en duda el futuro de Marcos en el club, aunque sea por dudas personales del protagonista, quien pondrá su cargo a disposición de la junta directiva para que determine si cuenta con él o no. De momento el club no se ha pronunciado, pero no hay que ser demasiado intuitivo para pensar que si Torró alcanza la alcaldía la solución será una, y si la mantiene Orengo, será otra bien distinta. Si no, imaginen a Estruch pidiéndole subvenciones a Orengo después de haber apoyado a su eterno rival en los comicios. Imaginen también la misma escena con Torró en la alcaldía. Mal asunto. Pero el tablero de ajedrez en el que por desgracia se ha convertido el club en los últimos años no acaba con el tridente Orengo-Estruch-Torró. Vayamos a Apleg. Allí, el Bloq y Orengo tienen algún que otro adepto cuya opinión al respecto vale ahora su peso en oro. La asociación irrumpió para desacer el enfrentamiento del club con el Ayuntamiento por la presencia del popular Ollero. La historia se repite ahora con Estruch y su posicionamiento habrá que tenerlo en cuenta.

Torró aludió al gol de La Roda como uno de los argumentos de su fichaje mediático, como si marcar goles en un terreno de juego fuera ahora sinónimo de solvencia política; pero en lo que acierta el candidato del PP es en la apuesta decidida por la gente del deporte para ponerla al frente del deporte. El efecto dominó en otras formaciones podría ser la mejor consecuencia del fichaje del año.