

Secciones
Servicios
Destacamos
M. J. CARCHANO
Domingo, 3 de abril 2011, 02:38
Hace una semana, los vecinos de la Patacona salieron a la calle. Protestaban por la construcción del acceso norte al puerto, una obra que comenzó a ejecutar la Conselleria de Infraestructuras y que antes de verano les unirá con Port Saplaya. Sin embargo, los vecinos no se han mostrado a favor de esta obra porque supone la construcción de una autovía a escasos metros de sus casas, y que acabará con la relativa tranquilidad que les deja la V-21. Sin embargo, la protesta parece haber dado sus frutos. El pasado viernes, el alcalde de Alboraya, Manuel Álvaro, se reunió con el director general de Obras Públicas, Ismael Ferrer, para tratar de buscar soluciones que mitiguen los problemas que van a sufrir los vecinos cuando la autovía se abra al tráfico.
Fuentes de la Conselleria de Infraestructuras avanzaron que se instalará pavimento antirruido que permitirá reducir hasta un 20% el impacto acústico que tendrá la carretera. «De los 65 decibelios se reducirá a los 55», explicaron estas mismas fuentes. Algo más caro, pero efectivo.
De la reunión salió otro acuerdo: exigir al Ministerio de Fomento que instale pantallas acústicas a la altura de la urbanización Port Saplaya, prometidas junto al tercer carril de la V-21 que se está construyendo, y que todavía tardará varios años en finalizarse por los recortes del Gobierno. Así que, mientras, Alboraya y la Conselleria de Infraestructuras han decidido que le pedirán al Ministerio que les permita colocar una pantalla provisional, en este caso con la plantación de árboles, para mitigar los ruidos generados por los 10 carriles que tendrán que soportar los vecinos cuando estén finalizadas las obras. Fuentes de Infraestructuras explicaron sin embargo que no se prevé, de momento, que se instalen pantallas que protejan a los vecinos de la playa de la Patacona.
Evidentemente, los vecinos ya no pueden hacer nada para evitar que la obra se ejecute. Lleva años proyectada como la primera fase del acceso norte al puerto, que en una segunda fase contempla un túnel bajo el Cabanyal que permitiría el acceso de camiones al puerto. Sin embargo, de momento no habrá posibilidad de que vehículos pesados puedan utilizar la carretera, porque ese túnel, valorado en 800 millones de euros, está todavía muy lejos de ejecutarse.
Absorber tráfico
En el protocolo de carreteras que firmó en 2005 la Generalitat Valenciana y el Ministerio de Fomento se decidió que esa primera fase, que finalizará el próximo año, quedara en manos autonómicas, mientras que la segunda fuera ejecutada por el Gobierno central. Desde entonces, tan solo han podido comenzar, con retraso, las obras de esta primera fase que permitirá crear un nuevo acceso a la ciudad de Valencia, permitiendo desviar un tercio del tráfico que ahora soporta la V-21, una carretera colapsada ya que es la forma más rápida de entrar a la capital desde l'Horta Nord.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.