Alarte se atrinchera a pesar de las primeras voces de dimisión

«Conmigo o contra mí». Esa debe ser la filosofía de los socialistas de toda España respecto a la complicada situación en que las urnas han dejado a su todavía secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero. El líder del PSPV, Jorge Alarte, está con los primeros. De hecho, el exalcalde de Alaquàs ha decidido enrocarse en su cargo al igual que Zapatero en el suyo de presidente del Gobierno. La diferencia es que el de León todavía manda en el Parlamento (aunque poco) y el de L'Horta Sud lo hará más bien poco.

El secretario general del PSPV reunió ayer a su Ejecutiva Nacional para abrir un «profundo» debate de reflexión. La malo de que en su coro solo tenga palmeros y pocos percusionistas de los que hacen ruido es que los primeros hacen solo eso, dar palmas. Uno de los primeros en lanzar la piedra y pedir la «dimisión de la Ejecutiva» fue el socialista alicantino Lalo Díez. Ayer tomó la palabra ante sus compañeros y el propio Alarte para abogar por renovar los cargos orgánicos y convocar un congreso extraordinario porque, según explicó, «no sólo es que el partido ha perdido el pulso de los ciudadanos sino también el de los miles de militantes que han abandonado la formación desde que Alarte es líder». El alicantino pidió la dimisión de Alarte, aunque éste no se debió dar por aludido, porque a preguntas de los periodistas en la rueda de prensa posterior aseguró que nadie había alzado la voz para pedir su cargo e incluso utilizó su «inmodestia» para asegurar que el resultado que ha cosechado en la Comunitat (el peor de la historia, con un 27,5% y 684.893 votos) está en la misma línea que el de sus correligionarios en el resto de España a los que, incluso, ha mejorado. Mal de muchos, ya se sabe...

Lo cierto es que la de Díez fue ayer la primer de las voces disonantes con el liderato de Jorge Alarte, aunque no la única. A través de las redes sociales se hizo público un manifiesto, impulsado por un decena de cargos socialistas. Bajo el título de «Dignidad en el PSPV», los firmantes abogan por exigir «la dimisión inmediata de Alarte y de todos aquellos que han protagonizado, en primera persona, la deriva que ha llevado al hundimiento electoral», por lo que también piden la convocatoria de un congreso extraordinario para cambiar a los equipos. Además, reclaman la formación de un nuevo grupo que «tenga la misión de imaginar nuevas estructuras e ideas y pueda restablecer el diálogo social con los ciudadanos». Por último, el grupo que firma el manifiesto (que se ha difundido por redes sociales al grito de «Muévete!») asegura que se pondrán a disposición del socialista que sea capaz de liderar la revolución interna que acabe de una vez por todas «con el actual desastre electoral» para volver a convertirse en alternativa real. Como parte más crítica, cargan contra la «tribu de jefes con nóminas pero sin funciones» que en su opinión han dado una mala opinión ante el electorado desde el punto de vista moral y ético.

En este sentido, otro de los aspirantes emergentes a capitanear el PSPV si se tercia, Manolo Mata, ha culminado estos días una exitosa campaña en la que decenas de localidades de la Comunitat le reclamaban como cabeza de cartel en sus mítines. Junto con destacados dirigentes socialistas de la corriente de Izquierda Socialista a la que pertenece, ha organizado una comida para hoy. La diputada Ana Noguera, el concejal Juan Soto, o el propio Lalo Díez, Pepa Pellicer y Jesús Ros. La alternativa de Mata suena cada día con más fuerza. Hay que recordar que se disputó las primarias a la alcaldía de Valencia ciudad con Calabuig, pero acabó derrotado por un puñado de votos, al ser el lermista el candidato impulsado por Alarte para arder en las llamas de las urnas. Mata quedó además fuera del grupo socialista en Les Corts por decisión del propio Alarte. Suyas son las ya célebres palabras de «yo no me he ido, a mí me han echado».

Comité nacional

Por otra parte, ayer, en rueda de prensa con 40 minutos de retraso porque quiso que todos los miembros de su comité dieran su opinión, Alarte descubrió la fórmula de la coca cola y achacó a la falta de conexión ciudadanía-socialistas en temas de desempleo. Una buena razón si no fuera porque el paro es desde que comenzó la crisis la principal preocupación de los ciudadanos. Además, el PSPV presentó hace ahora un año una batería de propuestas para dinamizar la economía y mejorar el empleo que han trabajado en esa línea. De hecho, los ministros José Blanco y Alfredo Pérez Rubalcaba (también vicepresidente del Gobierno) insistieron en sus visitas a la Comunitat en que había que dejarse de dar leña al mono con la corrupción y solidarizarse con los parados, centrando la campaña en el empleo.

Dentro del totus culpa que Alarte pronunció ayer junto con su secretaria de Organización y portavoz de la oposición en el Ayuntamiento de Alicante, Elena Martín (con cara de haber soltado alguna que otra lágrima en las últimas horas) m anunció que ha convocado al comité nacional del partido (el máximo órgano entre congresos) para el próximo domingo. El sábado, la delegación socialista se trasladará al Comité federal que el PSOE celebra en Madrid para marcar el rumbo del partido en los próximos meses y fijar una excusa común para la gran depresión colectiva en la que se ha visto sumido el partido. En este sentido, Alarte se mostró ayer favorable a que se celebren las primarias de las que saldrá el sucesor de Zapatero «cuanto antes». «Hay que despejar las incógnitas y hay que ponerse a trabajar desde ya». Y si además, el ruido se centra en Madrid y la maquinaria del partido valenciano se engrasa para otros, el ruido de la dimisión se dispersará con el de la nueva cara.