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Los candidatos de Bildu en San Sebastián, Juan Carlos Izagirre, y en Guipúzcoa, Martín Garitano, ayer, durante una rueda de prensa. :: J. E. / EFE
Politica

Bildu teme enfrentarse a la crítica del votante

Los independentistas se debaten entre la alegría por el «enorme» triunfo, y el miedo a gestionar tras años de inactividad

ANTONIO SANTOS

Martes, 24 de mayo 2011, 02:05

Felicidad y vértigo. Los «magníficos» resultados cosechados el domingo por Bildu han provocado una doble sensación entre los dirigentes de la coalición. De un lado, el «enorme» triunfo en las urnas ha servido a la izquierda radical para confirmar que su apuesta por las vías pacíficas y no violentas está en «perfecta» sintonía con las aspiraciones de la sociedad vasca. Del otro, el miedo a tener que gestionar una de las instituciones más importantes del País Vasco, como la Diputación de Guipúzcoa. Y todo, tras años de inexperiencia.

Las más de 276.000 papeletas cosechadas en el País Vasco, más las casi 43.000 de Navarra, han otorgado a la antigua Batasuna un «significativo» aval ante ETA para profundizar en la vía exclusivamente democrática. Pero la moneda del éxito también tiene una cruz. Gobernar la Diputación guipuzcoana o el Ayuntamiento donostiarra supone exponerse a la crítica del votante. Bildu se ha presentado a estas elecciones con un currículo inmaculado. Nadie les podía lanzar un reproche. Volvían sin queja alguna a su gestión -salvo en los municipios de ANV, no han dirigido grandes instituciones- y con el 'mérito' de haber hecho que ETA haya declarado un alto el fuego «general y verificable». Eso podría cambiar en los próximos años con el bastón de mando guipuzcoano en su poder. Como cualquier otro partido, quedaría a merced de lo que opinaran los ciudadanos.

Frente al criterio de los dirigentes de EA y Alternatiba, que apuestan por gobernar allí donde se pueda, sectores directivos de la izquierda independentista no esconden su miedo al vacío. Dudan si lo mejor para el proyecto es gobernar Guipúzcoa o permanecer en la oposición. Entre estos sectores se extiende la idea de que verse desplazados a la oposición por una alianza entre el PNV y el PSE tampoco supondría un tremendo varapalo. La izquierda independentista podría recurrir al victimismo y, durante cuatro años, acusar al PNV de usurpar una institución que no era suya.

No hay vuelta atrás

En Bildu creen que ya no hay vuelta atrás, que la apuesta por vías pacíficas es irreversible. El portavoz de la coalición soberanista, Pello Urizar, aseguró ayer que los brillantes resultados logrados por su formación «implican la retirada definitiva de ETA».

A su juicio, el inesperado aluvión de votos recibidos por Bildu refleja la «necesidad de cambio» que sentía la sociedad vasca y la convicción de que la apuesta por el nuevo partido «iba a reordenar el panorama político».

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