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J. AGUADÉ
Martes, 7 de junio 2011, 02:37
La Asociación de Vecinos del Barrio de Sant Bult se ha quedado sin el retablo cerámico de la Virgen de los Desamparados del siglo XVIII. Los vecinos tenían la intención de restaurar el mosaico cerámico para colocarlo en un lugar más visible de la ciudad dado su alto valor patrimonial y la escasa protección que tenía en su ancestral ubicación.
Era como un secreto a voces entre los vecinos. Todos sabían que en esa pared había una buena pieza de arte, pero estaba allí desde hacía mucho tiempo y nunca le había pasado nada.
Sin embargo, hace dos semanas uno de los vecinos de la zona se dio cuenta de que habían robado el retablo. «Ha sido una gran decepción para nosotros», declaraba Octavio Sánchez, presidente de la junta vecinal de Sant Bult quien ayer mismo presentaba ante la Policía Nacional una denuncia para intentar esclarecer el robo.
La Asociación recibió de la propietaria del retablo el permiso por escrito de cesión, ya que la finca iba a ser derruida. Los vecinos tenían la ilusión de poder restaurar la obra de arte y llevarla a una calle mucho más céntrica que el callejón de la calle En Gordo en la que se encontraba. Faltaban pocos días para sacarlo de la pared y ya tenían hasta el presupuesto de la restauración que se había pedido a la empresa valenciana Gaia.
José Payá había sido el encargado de la empresa de llevar el estudio y presupuesto de la obra y ayer se mostraba dolido al enterarse de la mala nueva: «Es una mala noticia. Es una parte de la historia del barrio que se va a perder para la gente. Esa es una zona con mucho peso histórico», decía el técnico de la empresa valenciana.
Payá considera que el robo es un daño muy grande porque él estuvo estudiando la pieza en la pared y sabía que se trataba de un «retablo de 120 centímetros por 70 que pertenecía a la azulejería barroca valenciana de finales del siglo XVII o principios del XVIII».
El técnico considera que la obra necesitaba restauración, pero expresaba que se encontraba en buen estado aunque «habían algunas piezas que se habían perdido, pero la imagen estaba entera».
Para Payá no es una sorpresa que esta obra haya acabado en manos de unos ladrones: «Son piezas codiciadas y son fáciles de vender. Hay mucha gente que está dispuesta a comprar este tipo de obras, hay mercado para esto».
Además, Payá sostenía que las medidas del retablo le daban aún más posibilidades de ser carne de los cacos: «Esta pieza era muy golosa porque se trata de una obra pequeña que se puede volver a montar en cualquier sitio».
Es probable que la pieza pueda estar ya en la terraza de la casa de algún desalmado porque se trataba de una pieza: «muy atractiva».
La Asociación de Vecinos interpuso ayer la denuncia ante la Policía Nacional y ahora espera que las investigaciones puedan devolver a sus propietarios la obra barroca valenciana y que se llegue a instalar en una de las calles más concurridas del histórico barrio valenciano.
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