Verde Vitoria
Vitoria-Gasteiz será la capital verde europea en 2012. Sus parques y la concienciación de sus vecinos merecen el título
ANDER CARAZO
Viernes, 17 de junio 2011, 10:18
De las tres capitales de provincia vascas, Vitoria-Gasteiz es la más desconocida. El famoso museo Guggenheim o la espectacular bahía de la Concha provocan que un gran número de los turistas elijan Bilbao o San Sebastián, y descarten una visita a la que, en 2012, se convertirá en la capital verde europea.
Vitoria-Gasteiz respira el aire que transforman los enormes parques que tiene a su alrededor: Armentia, Salburua, Olarizu y Zabalgana. Estos cuatro pulmones naturales, sumados a los numerosos jardines del casco urbano, provocan que sea la ciudad de la Unión Europea con más zonas verdes consolidadas, ya que cada habitante puede disfrutar de 42 metros cuadrados de naturaleza.
La transformación natural de la capital de Euskadi no ha sido cuestión de días. Hasta hace 30 años, esos parques estaban mucho más descuidados, pero los planes de reestructuración y recuperación de las instituciones locales han permitido que los habitantes y los visitantes hayan recuperado estos tesoros ecológicos y paisajísticos.
Los vitorianos también han provocado este cambio. La conciencia ecológica se ha extendido entre la ciudadanía y son responsables de que hace ocho meses se les otorgase el título de capital verde. Entre los datos destaca que en dos años el uso del transporte público haya aumentado un 42% y el consumo de agua se haya reducido un 10% en el último lustro. Como en las principales ciudades europeas, sus habitantes han 'abrazado' la bicicleta como el mejor método para realizar los trayectos interurbanos.
Inspiró a Ken Follet
No todo en Vitoria-Gasteiz es verde y cuenta con numerosos puntos de alto interés turístico. La ciudad fue fundada en 1181, todavía conserva parte de su muralla medieval y mantiene intacta la estructura de su casco histórico en forma de almendra. Entre sus edificios más emblemáticos está la casa del Cordón, el Bibat -que alberga los museos de Arqueología y Naipes-, el Palacio de Montehermoso y la casa torre de Doña Ochanda, el actual museo de ciencias naturales. El edificio más emblemático es la Catedral de Santa María. En ella se basó el británico Ken Follet para escribir su obra más famosa: 'Los pilares de la tierra'.
Este templo gótico del siglo XIV actualmente está en obras de restauración, pero aún así sigue abierto para los visitantes. Los guías del templo descubren los secretos y narran las historias que guardan las columnas de esta construcción que mezcla diferentes estilos, ya que su construcción se dilató durante siglos.
Fuera de las murallas se encuentra la catedral nueva, dedicada a la Inmaculada. Un templo de estilo neogótico que fue erigido a mediados del pasado siglo y que es bien diferente a su 'hermana' Santa María.
Pero la panorámica más famosa de la ciudad es la de la plaza de la Virgen Blanca (también conocida como Plaza Vieja). Antiguamente era un arrabal donde se organizaba el mercado de la ciudad. En su centro se sitúa el monumento de la Batalla de Vitoria, contienda tras la cual José de Bonaparte tuvo que devolver la corona de España a Fernando VII.
Los más de tres kilómetros del Paseo de la Senda, situado en el sur de Vitoria-Gasteiz, es un recorrido imprescindible. A un lado de la vía, que goza de numerosos árboles centenarios, se encuentran el palacio de Ajuria Enea -la residencia oficial del lehendakari- y el Museo de la Armería y en el otro, se encuentra el de Bellas Artes.
Celebraciones
Las fiestas de la ciudad comienzan el 4 de agosto, en honor de la Virgen Blanca. A las seis de la tarde, un muñeco de trapo llamado Celedón y ataviado con un paraguas sobrevuela (atado en una cuerda) la Plaza Vieja. En ese momento, miles de vitorianos descorchan botellas de champán y encienden puros para conmemorar esta fecha. Las celebraciones continúan durante cinco días, donde los principales protagonistas son las cuadrillas de 'blusas', jóvenes ataviados con diferentes vestimentas acordes al grupo al que pertenecen.
Vitoria-Gasteiz no es una excepción en el aspecto gastronómico. Como en cualquier otro punto del País Vasco, en su capital también se come bien. Es imposible recomendar un único establecimiento para degustar los famosos pintxos, una auténtica disciplina artística llevada al plato. La mejor opción es rotar de bar en bar y buscar el favorito de cada cual. Lo más habitual es refrescar el paladar con vino de La Rioja Alavesa o sidra de la región.
A la hora de sentarse a la mesa, lo más recomendable es recurrir a productos recogidos de sus huertas y también a las carnes. Para concluir, los más golosos tienen la posibilidad de degustar un postre auténticamente vitoriano: el goxua, una deliciosa tarrina con base de bizcocho, una capa de crema pastelera, otra de nata y coronada con caramelo líquido.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.