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M. L.
Domingo, 19 de junio 2011, 02:06
Los cómics ya no son sólo tebeos. La expansión del Manga o el 'boom' de la novela gráfica han reportado varios años de bonanza a editoriales y distribuidoras, como 2007 y 2008, que cerraron con crecimientos cercanos al 15%. La llegada de la crisis económica ha invertido la tendencia. En 2009 los beneficios bajaron un 6,6% y quedaron en 79 millones de euros, según datos de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE).
A la espera de cifras oficiales, la impresión general es que el descenso ha proseguido durante 2010 y los primeros meses de 2011. Óscar Valiente, director de Noma Editorial, confía en que llegue cierta estabilidad en el segundo semestre del `presente ejercicio, aunque admite que la crisis ha cambiado aspectos importantes del modelo de negocio. «Se han ajustado las tiradas. Antes, se mantenía el 'stock' durante años. Ahora se trabaja con menos ejemplares y más reediciones», explica. El conservadurismo se nota también en la edición de nuevos autores. «Los principales valores del cómic español trabajan para casas francesas o estadounidenses, donde pueden hacer frente a los anticipos. Cuesta mucho producir cosas nuevas y conseguir no sólo venderlo bien aquí, sino exportarlo al mercado internacional. Hay mucha producción fuera ahora mismo», señala Valiente.
Con todo, hay datos para el optimismo. Carles Santamaría, director del S alón Internacional del Manga (FICOMIC), considera que la variedad de público objetivo ha atemperado los efectos de la crisis sobre el negocio. El cómic ya no sólo es carne de coleccionista de superhéroes o series europeas. Ahora también atrae a nuevos nichos de público joven, ávido de manga, y lectores de mayor edad interesados por la novela gráfica. Entre esa oferta también comienzan a aparecer formatos digitales. De los más de 20 millones de ejemplares editados en 2009, el 10,4% de la producción fue sin papel. Aunque es un ratio mayor que el del libro convencional, está muy lejos del tradicional papel -el 71,5%- y de otros soportes ya habituales en este mercado.
No obstante, para el director de FICOMIC, el ocaso del papel no tiene visos de estar próximo. Eso sí, reconoce que el impulso de las tabletas puede cambiar las cosas ya que, al contrario que el libro tradicional, el 'gadget' de moda sí parece perfecto para leer viñetas. Al igual que los móviles. Según una encuesta de la FGEE, más del 60% de las editoriales del sector empezarán a producir contenidos para ambos tipos de terminales en los próximos meses. Y según Santamaría, este impulso a la digitalización puede amenazar a la llamada producción «en grapa», es decir, las series de cómics más largas y baratas, pero no sustituirá a las cuidadas ediciones de muchas obras.
Valiente, desde Noman Editorial, es de la misma opinión. Aún así, su empresa lanzará próximamente la plataforma de venta digital Simoc, compatible con Ipad. «No hay negocio a corto plazo, pero es un espacio en el que hay que estar. Hay que ofrecer una alternativa legal a la 'piratería'», apunta. Porque también aquí hay 'piratas' de contenidos. Sobre todo, afirman desde el sector, en series de cómic extranjeras que son traducidas y escaneadas por los propios internautas antes de que cualquier editor haya tenido margen para hacerse con los derechos y sacar al mercado la versión en castellano. En esto, apuntan, el mercado del comic necesitará adaptarse... y a no tardar.
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