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BEATRIZ LLEDÓ
Viernes, 24 de junio 2011, 02:45
La inmigración como una amenaza para acceder a los recursos sociales. Cáritas Diocesana de Valencia alertó ayer del aumento de manifestaciones racistas como consecuencia de la crisis económica. Cada vez se dan más situaciones de crispación entre las personas necesitadas que piden ayuda o buscan un trabajo y perciben a la población extranjera como competencia para conseguirlo. «Están empezando a haber brotes xenófobos que pueden ser un caldo de cultivo muy preocupante», explicó el coordinador de Acción Social de la entidad benéfica, Vicent Andrés.
Desde la Asociación Movimiento contra la Intolerancia en la Comunitat confirmaron este crecimiento de reacciones xenófobas, muy vinculadas al «aumento de demanda de los escasos recursos sociales». Las principales manifestaciones violentas son los insultos a los extranjeros, «desde la discriminación de evitarlos hasta vejaciones directas acusándoles, por ejemplo, de que les están quitando el trabajo», explican fuentes del organismo, que también alertan del aumento de jóvenes que se acercan a determinados grupos radicales.
El coordinador de Cáritas apostó porque se transmitan los mensajes adecuados que desmonten estos falsos estereotipos. «Los inmigrantes son necesarios para la recuperación económica. Aquí no sobra nadie, ni los que han venido a España jugándose la piel», sentenció la directora de la entidad en Valencia, María Concepción Guillén.
Precisamente, el perfil mayoritario de personas atendidas por Cáritas Diocesana en Valencia es el de mujeres extranjeras, solas y con cargas familiares. En concreto, el 63% de los beneficiarios del año pasado nacieron fuera de España. «Además, el 68% de los atendidos ya había acudido en ocasiones anteriores por lo que se ha producido una cronocidad. La crisis se ha cebado con las personas que antes de ella ya tenían trabajos temporales y los ha hecho aún más vulnerables», lamentó Andrés.
En total, durante 2010 la organización atendió a 75.240 personas frente a las 54.002 de 2009. Las principales prestaciones otorgadas por la entidad de la Iglesia son las de emergencia, para pagar alquileres y suministros de gas o agua.
Pese al que el principal rostro de quienes llaman a las puertas de Cáritas son inmigrantes, se está empezando a notar un aumento de peticiones de ayuda por parte de españoles. «En algunas poblaciones, como en la vicaría de Lliria-Requena-Ademuz los porcentajes de atenciones se están equilibrando», destacó el coordinador de Acción Social.
Los más necesitados acuden a Cáritas después de haber agotado todos los recursos. «Se encuentran en una pobreza extrema, en un dramatismo que un Estado de Derecho como este resulta chocante», aseguró Andrés.
La directora de la entidad en Valencia hizo un llamamiento a la Administración «para que refuerce la red de protecicón y los servicios sociales y no reduzca los presupuestos destinados a esta partida».
También hay un dato positivo: las donaciones a la institución crecieron en el último año un 17,8%.
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