El Ministerio destina al San Pío V el 1% de lo que invierte en adquisicion de obras de arte

Cuando las posturas políticas se enconan entre administraciones gobernadas por partidos políticos de distinto signo, estar entre dos aguas es sinónimo de no recibir demasiado mimo, que es lo que le sucede al San Pío V, museo propiedad del Estado y gestionado por la Generalitat. Esa doble condición supone que no aparece en las prioridades de inversión. Una muestra de tal situación es la política de adquisiciones de fondos para la segunda pinacoteca de España, pendiente de una ampliación que nunca arranca.

«La Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales dispone de un presupuesto para adquisiciones que se destina fundamentalmente a los museos de gestión directa por parte del Ministerio de Cultura, pero también, en menor medida, a los museos de titularidad estatal y gestión transferida», señalan fuentes del Ministerio, y esa «menor medida» se traduce en que el museo valenciano, entre 2007-2011, recibió obras del Ministerio de Cultura por un valor total de 459.186 euros, lo que supone cerca del 1% de todo la inversión del Ministerio para adquirir obra en los últimos años, más de 35 millones.

En el ese periodo, la Generalitat invirtió 324.671 euros, en torno al 6% de los fondos de la Conselleria de Cultura para adquirir obra, que se sitúa en torno a los 5 millones de euros. El IVAM, sólo para 2008, invirtió más de medio millón de euros en comprar fondos. En un año se asignó más inversión a comprar obra en el IVAM que en toda la legislatura para el San Pío, que en cuatro años, desde las dos administraciones, ha recibido obras por un valor cercano al millón de euros.

En los últimos cuatro años, el Museo de Bellas Artes de Valencia ha recibido para sus fondos un total de 26 obras, 15 de ellas procedentes de las decisiones tomadas por la Junta de Calificación, órgano consultivo de la Dirección General de Bellas Artes. Si existe una labor complicada es la de aquel que debe distribuir la riqueza, riqueza de cualquier tipo. En el caso del Ministerio de Cultura, adquiere obras de arte que posteriormente se asignan a los diferentes museos e instituciones dependientes del Ministerio. ¿Cómo repartir esos bienes? Con dificultad.

Fuentes del Ministerio de Cultura aclararon que, respecto a presupuestos, «no existe un reparto a priori entre los centros museísticos, sino que las adquisiciones responden a los diferentes expedientes y a las propuestas de adquisición que se reciben de los propios museos», señalan desde el Ministerio, que pocas sugerencias puede recibir desde el Museo de Bellas Artes de Valencia, que durante prácticamente todo el año pasado permaneció sin director.

Al conflicto entre la Generalitat y el Gobierno central para poner en marcha las obras de ampliación del San Pío V se sumó a principios de año el Ayuntamiento de Valencia, que debe otorgar una licencia de obras sin la cual el Ministerio de Cultura asegura que no va a mover una piedra del museo.

Paz Olmos, hasta ayer directora general de Patrimonio y por ahora designada desde la Generalitat como la responsable del museo, consideraba muy complicado organizar una programación «coherente y de entidad» a causa de la incertidumbre.

Fuentes del patronato del propio museo valenciano señalan que el problema, precisamente, es que las dos administraciones, en pleno conflicto, se reparten, además, la atribución de la compra de obras. La Conselleria de Cultura, a lo largo de 2010, no invirtió ni un euro en incrementar los fondos. Durante los últimos dos años, desde el Ministerio se ha gastado cerca de 38.000 euros en comprar cuatro dibujos y una plancha, si bien en 2008 realizó la mayor de las inversiones en una sola obra, la compra de 'Bodegón con armas', de Vicente Vitoria, a la Galería Barbie, por 225.000 euros.

Desde que la crisis ha arreciado, la mayor inversión ha sido, precisamente, una de las últimas. La Generalitat compró a Joaquín d'Auberède Paya el lienzo 'Retrato de la Señora de Stanislao Granzow e hijo', de Joaquín Sorolla, por 160.000 euros.