Secciones
Servicios
Destacamos
M. J. CARCHANO
Jueves, 30 de junio 2011, 02:08
El Ayuntamiento de Alboraya está «al borde de la quiebra, no hay liquidez y la situación es muy crítica». Fuentes del equipo de gobierno, formado por un cuatripartito (PSPV, UPPA, Compromís y Cialbo), anunciaron ayer que los problemas económicos del Consistorio de Alboraya son muy graves y que «no hay dinero para pagar la extra de los funcionarios», que debían haber cobrado ya.
El día a día del nuevo equipo de gobierno municipal que desalojó al Partido Popular se centra ahora en conseguir liquidez para afrontar los pagos ineludibles, como las nóminas de los funcionarios. «La extra, de momento, no la vamos a poder pagar», explicaron estas fuentes, que anticiparon que los próximos meses van a ser muy duros porque se han encontrado con la caja vacía. Además de buscar una solución para que los trabajadores del Consistorio cobren lo que les corresponde, el nuevo equipo de gobierno investiga unos pagos que autorizó el anterior alcalde, el popular Manuel Álvaro, días antes de dejar su vara de mando en manos de cuatro partidos, liderados por el socialista Miguel Chavarría.
Alboraya, uno de los ayuntamientos más endeudados de la Comunitat Valenciana, presentó el primer Expediente de Regulación de Empleo que afectaba a 29 empleados públicos, y que finalmente la Conselleria de Economía rechazó por deficiencias en su tramitación. «Ahora el presupuesto está descuadrado, porque se contaba con el ahorro de unas cantidades económicas que ahora deberán salir de otra parte», explicaban en el Ayuntamiento el día que quedó en suspenso el ERE.
Sin embargo, no parece esa la causa que ha llevado al preocupante problema de liquidez del Consistorio. El pasado año se inauguraron las obras del soterramiento del metro, un proyecto de 70 millones que debía abonar a partes iguales la Conselleria de Infraestructuras y el Ayuntamiento de Alboraya, que pensaba pagar la mitad a través de cuotas de urbanizacion. Pillado por la crisis, el Consistorio hipotecó los terrenos donde ahora se asienta el hipermercado Alcampo, junto a Port Saplaya, y que debía ser trasladado a un pedazo de huerta a cambio de urbanizar una gran marina. El fracaso del proyecto ha endeudado hasta las cejas al Ayuntamiento.
Según fuentes municipales, no hay liquidez en las arcas del Consistorio y solo algo de dinero en una de las empresas municipales. «Aguantará unos meses», dicen.
Así que ahora toca apretarse el cinturón y sacar dinero de donde sea. Manuel Álvaro ya intentó que la Conselleria de Infraestructuras se hiciera cargo de una parte del presupuesto del soterramiento del metro que le correspondería pagar a Alboraya, en vista de la falta de liquidez. Además, por otro lado, ya han decidido que seguramente no habrá liberados y que los asesores, en todo caso, serán financiados por el partido para el que trabajen. Toda una lección de austeridad que sin embargo no será suficiente para solucionar los problemas económicos del Consistorio.
Y es que el anterior alcalde se gastaba cada año unos 800.000 euros en gastos de personal, según el nuevo equipo de gobierno, que han metido en un pozo algo más profundo las cuentas municipales. Incluso a la hora de presentar el Expediente de Regulación de Empleo, que incluía, por ejemplo, a la mayoría de los conserjes de los colegios, se gastó 70.000 euros en auditorías, que finalmente no sirvieron de nada.
Falta ver ahora si esta situación se repite en otros consistorios o es, en cambio, un problema puntual de Alboraya. La crisis se hace más palpable tras las elecciones.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.