Fabra ultima el nombramiento de Ripoll como presidente del puerto de Alicante

El presidente provincial del PP y extitular de la Diputación de Alicante, José Joaquín Ripoll, tendrá que causar baja en breve de la lista del Servef y del Inem, a la que se apuntó el pasado lunes, al borde del fin del plazo legal, para poder cobrar la prestación por desempleo. La noticia del ingreso del cargo orgánico del PP de más peso en la provincia de Alicante en la lista del paro ha reactivado el proceso de relevo en el Puerto de Alicante. La dirección del PP valenciano y la de Génova, en Madrid, han decidido pacificar el partido ante la inminencia de las elecciones generales. Y el nuevo presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, ultima ya el nombramiento de Ripoll al frente de la Autoridad Portuaria alicantina. No será con carácter inmediato, aunque tampoco se demorará en exceso. El nombramiento debe pasar por el pleno del Consell, y el próximo no se celebrará hasta el 26 de este mes. No obstante, y aunque todavía deben producirse algunas reuniones para terminar de perfilarlo todo, Ripoll tiene casi asegurado ocupar el puesto de máximo responsable del Puerto de Alicante, según ha podido confirmar este diario. La 'víctima' directa es Miguel Campoy, que tendrá que ceder su sillón, al que accedió en noviembre de 2008, en plena polémica tras la marcha inesperada del grupo Boluda, que abandonó la línea entre Alicante y Baleares.

Sobre los planes para colocar a Ripoll, ya están informados los representantes en el consejo del puerto alicantino por parte de la Cámara de Comercio y la patronal Coepa. Curiosamente, en su primera visita a Alicante, a principios de julio, la nueva titular de Infraestructuras, Isabel Bonig, dijo desconocer este proceso de relevo y también su participación directa en él. De hecho, es el Consell el que tiene la facultad para cambiar a la autoridad portuaria, propuesta que se eleva a Puertos del Estado, organismo que depende del Ministerio de Fomento.Fuentes de este departamento dijeron ayer estar al día de las intenciones de la Generalitat

Aparte de Campoy, el cambio en el Puerto alicantino, que se ha visto precipitado tras la visita al Inem de Ripoll el pasado lunes, deja una segunda perjudicada: la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo. Tras una etapa de buen entendimiento entre Ayuntamiento y Puerto, con proyectos comunes y apaciguamiento de los colectivos más críticos con el tráfico de mercancías y sus supuestas molestias en la zona de San Gabriel, la alcaldesa parece que, definitivamente, ha perdido el pulso con Génova. En algunos ámbitos, además, se había especulado con la posible pérdida de confianza de Campoy por parte de su principal valedor, el futuro candidato por Alicante del PPy exministro de Defensa, Federico Trillo Figueroa. Campoy, con quien este diario no pudo contactar ayer pese a sus reiterados intentos, tiene a gala haber reflotado la actividad del puerto en plena crisis gracias a una gestión de racionalización en el gasto y potenciación de los sectores. El jefe del Consell, Alberto Fabra, ya predijo el martes que Ripoll «sí tenía cabida en el PP». Anteayer lo dijo el conseller José Ciscar. Ayer, Luisa Pastor.

Calma tras la tempestad

La llegada de Ripoll al puerto se producirá después de que el también presidente provincial del PP alicantino se viera relegado de la lista de la Diputación y la consiguiente pérdida de la presidencia de la institución. La lucha entre campistas y ripollistas fue tensa y se saldó con la salida de Ripoll de la lista provincial tras no incluirle en la única candidatura que logró los avales. Ahora sólo ocupa un cargo de concejal sin sueldo en el Ayuntamiento alicantino, dadas sus malas relaciones con la alcaldesa Sonia Castedo, referente campista. De hecho, ella ha sido una de las principales opositoras a que Ripoll llegara al puerto, pero finalmente ha tenido que transigir. No ha sido la única, algunos sectores empresariales se mostraron reacios, pero el futuro de Ripoll siempre pasó por este puesto. Así se lo prometió Camps.