Borrar
Urgente El portavoz de Aemet anuncia lluvias en los primeros días de la Semana Santa
Puerta principal del antiguo zoo, repleta de pintadas y vegetación. :: SILVIA ILLESCAS
Una selva llamada zoo de Viveros
Valencia

Una selva llamada zoo de Viveros

El antiguo director del recinto da su colección prevista para el museo de insectos a la Universitat tras criticar el desinterés municipal El abandono se extiende por toda la parte oeste del histórico jardín por el retraso de las obras

PACO MORENO

Sábado, 27 de agosto 2011, 19:51

Una espesa enredadera oculta la selva de lo que fue el zoológico de Viveros. «Antes entraban para hacer botellón, había un agujero en la valla», dice una vecina mientras pasa por el acceso al jardín histórico desde la calle Pintor Genaro Lahuerta, a escasos metros de la antigua instalación.

El zoológico cerró sus puertas el 31 de julio de 2007, unos meses antes de que abriera sus puertas el flamante Bioparc, uno de los mejores de Europa y que se ha convertido en uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad.

Pero detrás quedó el proyecto pendiente de qué hacer con los 4.000 metros cuadrados de terreno que deben integrarse en el jardín de Viveros. Sólo es necesario derribar el alto muro que rodea el lugar donde antes vivían los animales para prolongar el parque.

Al margen se queda un museo dedicado a los insectos invertebrados, para lo que sería necesario rehabilitar un par de edificios, donde se situaban las oficinas del zoo. El pasado mes de abril, una de las alquerías sufrió un incendio que la dejó muy tocada, aunque por fortuna no alcanzó a la aún no estrenada agencia de lectura, un equipamiento que se hizo con dinero del Plan E.

El motivo de que no esté abierta es que su acceso se sitúa precisamente en la zona de ampliación del jardín. Desde la calle se aprecian las salas vacías, con restos de obra y cableado suelto, a la espera de que se complete la pequeña biblioteca para su apertura al público.

El inmueble aprovechó el antiguo terrario del zoológico, que recaía a la calle Pintor Genaro Lahuerta. La transformación de este espacio en un jardín también posibilitará la apertura de la calzada hasta la calle Flora, donde ahora se produce un cuello de botella.

La falta de financiación es la clave para explicar la situación de abandono y degradación. Fuentes municipales explicaron que en un primer momento se quiso colocar esta inversión dentro del plan de ayudas estatales o el Confianza de la Generalitat, aunque finalmente predominaron otras obras en diversos barrios. En todo caso, siguen pendiente de adjudicación.

Ante esta situación, el que fuera director del zoo de Viveros, Ignacio Docavo, informó ayer que no donará su abundante colección de insectos al Ayuntamiento, sino que ya la ha cedido a la Facultad de Ciencias Biológicas.

«Estoy muy desilusionado porque escribí hace más de un año sobre este tema a la alcaldesa y no he recibido respuesta», añadió. La colección está especializada es aquellos tipos de insectos que son útiles para combatir plagas en las cosechas. «Cada ejemplar tiene de dos a tres milímetros, por lo que a simple vista pasan desapercibidos. «Con un microscopio sí que se aprecia su belleza», aseguró.

Mientras, el peligro de incendios ha pasado de momento, gracias en parte a las reparaciones que se han hecho en la valla. El muro principal es de gran altura y está cubierto por completo por la enredadera, aunque si la degradación no se frena, es cuestión de tiempo que se produzcan nuevos tiempos de vandalismo, como el citado incendio de la alquería. «Deberían cuidar esto más», se despide la vecina.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias Una selva llamada zoo de Viveros