Hosteleros se ofrecen a los vecinos para negociar tras las quejas de ruido en Cánovas

La concejala de Sanidad, Lourdes Bernal, ofreció ayer a la asociación de vecinos de Cánovas escuchar sus reivindicaciones y quejas por los ruidos nocturnos en esta zona de ocio, un día después de conocer que habían pedido por escrito la reducción de horarios de los bares. Ahora bien, subrayó que el informe realizado por la Universitat que avala con sus mediciones esta petición está incompleto.

«Es preciso realizar algunas matizaciones en cuanto a que los valores de referencia para la declaración de una ZAS no son, en ningún caso, los 45 decibelios mencionados, sino que requeriría que este valor debería sobrepasarse dos veces por semana durante tres semanas consecutivas o, tres alternas en un plazo de 35 días naturales, y en más de 20 decibelios».

En su opinión, el documento presentado por los vecinos no cumple con esta condición. «Esto obliga a hacer una combinación de los valores obtenidos, tanto por semanas continuadas como otras entre semanas alternas, siempre dentro de un plazo de 35 días naturales de todos aquellos valores que hayan superado los 65 decibelios. Combinaciones que no hemos apreciado se aporten al presente estudio, pero que no obstante realizarán los técnicos municipales».

Los residentes han pedido la declaración de zona acústicamente saturada en la plaza de Cánovas del Castillo y las calles Salamanca y Conde Altea, en el tramo que desemboca en la marginal derecha del viejo cauce. El portavoz de la Federación de Hostelería, Vicente Puizcueta, comentó sobre esta solicitud su «sorpresa» porque «hay foros suficientes en Valencia, tanto en el Ayuntamiento como en la Federación, para debatir las reivindicaciones vecinales.

Además, aseguró que la zona de Cánovas del Castillo «es un ejemplo de reconversión; el nivel de restauración de gama media-alta es muy elevado y no creemos que en términos de zona haya problemas».

Recordó que en los años 80 y 90 había «150 locales. Hoy se habla en un par de calles de 35, de los que el 60% son restaurantes. El nivel de concentración ha evolucionado de manera notable».

El portavoz de los hosteleros insistió en que con la que cae «con la crisis económica, esos mensajes son demoledores porque generan mucha preocupación e inseguridad». Aseguró que «nunca» han recibido la petición de una asociación de vecinos para reunirse con ellos. «A partir de hoy (por ayer) nos hemos puesto en marcha para intensificar todo el trabajo de campo», en referencia a la constatación de las quejas vecinales por los ruidos nocturnos. Pizcueta también ofreció «mesas de negociación y análisis para resolver lo que esté mal».

La solicitud incluye una llamada zona de respeto donde se aplicarían medidas similares. Además, el letrado de la entidad, Andrés Morey, habla en su escrito de la afección de la ampliación de la ley antitabaco, que ha aumentado de manera considerable la contaminación acústica, según los datos del propio Ayuntamiento.

Es más, un artículo de la legislación autonómica habla de que si se superan en 35 decibelios las emisiones a la calle, podría darse el caso de que los locales cambien de clasificación, forzando así su traslado fuera de zonas residenciales.

Esto no se ha planteado por parte del gobierno municipal. Bernal insistió en que hace ya un año propuso una reunión a la asociación de vecinos, sin éxito, una petición que reitera tras la solicitud sobre los horarios de los bares.