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BELVEDERE

RECORTES Y GESTIÓN

PABLO SALAZAR

Miércoles, 28 de septiembre 2011, 02:16

Es lo que tienen estas cosas, tanto tomar medidas traumáticas para calmar a los mercados, para tranquilizar a los mercados, para que los mercados no se pongan nerviosos, y va un agente de bolsa y desvela lo que todos sabíamos, que los mercados, los famosos mercados, no son precisamente hermanitas de la caridad preocupadas por el bien ajeno, sino que viven de chupar la sangre al débil, y se alegran si el débil se pone aún más débil. Y es que cuando el enfermo está medio-medio aún se le puede engañar, pero llega un momento que no hay forma de mentirle, que hay que decirle lo que tiene sí o sí. Mira la alcaldesa de Valencia, por ejemplo, se lo ha explicado bien clarito a los vecinos, que no pidan más que no hay dinero. Pues eso, se acabaron las cartas a los Reyes Magos. Ahora toca gestión y recorte-recorte-recorte, la pócima mágica que no lo cura todo ni mucho menos, pero de momento no hay otra. Tampoco el presidente Fabra se ha andado con remilgos: meterá la tijera allá donde haga falta, excepto en las políticas sociales. Y aunque con 200.000 euros no se va a arreglar el agujero negro de las cuentas de la Generalitat, por ahí ha empezado, por cargarse el copetín del 9 d'Octubre que costaba dicha cantidad, y que bien cargado está. Aunque, de paso, también se ha llevado por delante los actos lúdicos que se realizaban en Castellón y en Alicante, donde la festividad comunitaria valenciana ya llegaba a poca gente, imagínate a partir de ahora... Pero bueno, es lo que hay (otra máxima que en estos momentos está haciendo fortuna). Gestión, gestión y gestión. Ahora que la alcaldesa de Valencia vuelve a ser alcaldesa de Valencia cien por cien, y una vez ha abandonado exitosamente su aventura madrileña, le recomiendo que, a ser posible, intente concentrarse en dos problemas que están no encima de su mesa sino en la calle, provocando no pocos quebraderos de cabeza. Uno se llama la convivencia entre ciclistas y peatones. Y el otro responde al nombre de plaza Redonda. El primero no requiere inversión alguna, sino aleccionar a los policías para que persigan a los que van por las aceras a velocidad indebida (yo creo que se puede ir pero circulando con prudencia). También deberían centrar su atención en los que no respetan el carril-bici, aunque lo mejor hubiera sido construir el carril-bici sobre la calzada y no sobre la acera y así nos evitaríamos estos digustos. En cuanto a la plaza Redonda, tampoco le hablo de gastar más, porque el gasto ya está hecho, sino de vigilar lo que se va a hacer y de estar segura de que lo que se va a hacer es lo mejor que se puede hacer. Porque ya que no se ha atrevido en todos estos años a reformar las plazas de la Reina y del Ayuntamiento por miedo a la contestación popular, no se vaya a encontrar con sorpresas desagradables.

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