El San Pío V se queda sin 4,5 millones

El San Pío V se queda definitivamente sin ampliación. Y ya van... No es la primera vez que el museo ve pasar de largo el plan de reforma. La quinta fase del proyecto ha sido varias aplazada por diversos motivos. Y al final la que pierde es la pinacoteca valenciana, que padece desde hace años la falta de espacio (por la que muchas obras no se pueden exhibir) además de problemas en su estructura que han provocado incluso desprendimientos.

Tras años de intentos fallidos el San Pío volvía a tener una nueva oportunidad después de que este año finalmente el Gobierno aprobase la ejecución de la quinta fase de rehabilitación, con un presupuesto de más de 11 millones de euros. Para 2011 se habían presupuestado 4,5.

Pero esta cantidad finalmente no servirá para reforzar las paredes de la pinacoteca valenciana. La falta de acuerdo entre el Ayuntamiento y el Ministerio de Cultura ha provocado que la partida se pierda y la ampliación del San Pío quede de nuevo en el aire. Una vez más.

La delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Ana Botella, lamentaba ayer que el Ministerio vaya a destinar esa cantidad ahora a otros fines y culpaba directamente de ello a la «obcecación» del consistorio valenciano.

«La posibilidad de llevar a cabo las obras existía hasta hace días, pero hay unos plazos administrativos que cumplir para ejecutar el presupuesto. El consistorio no ha querido colaborar dando la licencia de obras», protestaba.

Una vez la dirección de Patrimonio de la Generalitat Valenciana concedió todos los permisos para comenzar las obras, el único requisito que faltaba era una licencia de obras por parte del Ayuntamiento. Y aquí comenzaron las disputas entre la administración local y la nacional.

Una serie de dimes y diretes que se han ido prolongando en el tiempo y que al final han dado al traste con el proyecto. Comenzó el Ministerio argumentando que el Ayuntamiento no les concedía el permiso de obras y lo acusó de «bloqueo». Contestó el consistorio acusando al Gobierno de «amenazarles y darles un ultimátum desafortunado». El Ejecutivo argumentó después que la V fase de ampliación del museo contempla una reordenación del entorno que «requiere actuaciones por parte de las administraciones públicas valencianas». Lenguaje administrativo sólo al alcance de unos pocos.

El Ayuntamiento volvió al ataque, tradujo, y aseguró que el Ministerio estaba pidiendo la cesión de unos terrenos gratuitos, algo a lo que no estaban dispuestos. La alcaldesa Rita Barberá llegó a hablar de «intento de expolio». Dado que la actuación en esos terrenos iba a ser posterior, el Gobierno pospuso ese debate y pidió sólo el permiso de obras. Pero ya es tarde. En ese momento el Ayuntamiento quiere dejar claro qué pasaba con esos terrenos.

Y, en esas, el dinero voló. Ayer el vicealcalde Alfonso Grau, en un comunicado, admitía que con la cesión de uso de suelo que hace años realizó el consistorio era posible «licitar, adjudicar y ejecutar las obras». Si esto es así, ¿por qué no se ha concedido la licencia de obras? No hay respuesta.

La única respuesta que tiene Grau es que el Gobierno no acomete las obras porque no quiere. «No hay dinero y llevan dos años buscando pretextos para no hacer la ampliación», aseguró.

Desde el Ministerio de Cultura se afirmaba ayer que ya no hay plazos legales para licitar las obras. Se cierra la puerta definitivamente. Barajan destinar esa partida económica a otros menesteres culturales, lejos de Valencia. Aunque a día de hoy no saben a dónde ni para qué. Posiblemente la eliminación sirva para cuadrar las cuentas. O se intentará.

Se escribe así el último capítulo en la malograda historia de la ampliación de la segunda pinacoteca de España. Se esperan nuevas entregas.