ROMA NO PAGA A TRAIDORES

Roma traditoribus non praemiat», [para los que no saben latín, como yo, «Roma no paga a traidores»] es milenaria la frase que presuntamente les dijo a los asesinos de Viriato, los ursonenses Audax, Ditalcos y Minuros, el cónsul romano Servilio Cepión, antes de ordenar que fueran ejecutados por traidores cuando estos fueron en busca de la recompensa prometida por Marco Pompilio por traicionar y asesinar al principal caudillos lusitano. La frase es seguramente apócrifa. Es posible que esta versión, que recoge perfectamente el sentir de los césares romanos, fuera propagada por los historiadores romanos con bastante posterioridad a los hechos ocurridos para tratar de ocultar la vergüenza que les producía semejante acción. Recordé lo anterior el otro día cuando me enteré, por los medios de comunicación, que el Presidente del PP local, y recién estrenado alcalde de Gandía, había contratado al ex «número dos» de Plataforma de Gandía, ex afiliado anteriormente al PP, con un buen «enchufe» y supongo, si no es mucho suponer, mejor sueldo. Al parecer olvida que primero le traicionó a él, y se «vendió» a la PdeG, cuando, presuntamente, vio que con él no tenía futuro porque el PP no tenía posibilidad de ganar las elecciones; y después traicionó a su «incondicional amigo» Fernando porque sabía que de seguir en la PdeG no se iba a comer ni una rosca. Algo comprensible porque no recuerdo donde leí que el estómago era la conciencia del cuerpo. No seré yo quien cometa la estupidez de dictarle a D. Arturo quién puede ser o no ser su amigo. Eso es algo muy personal suyo o de aquellos a quienes les paga para que le asesoren (Actuar en equipo tiene la ventaja de que puedes echarle la culpa a los demás). Pero permítaseme recordarle la milenaria frase «Roma traditoribus non praemiat», que recurriendo al latín que estudié y que prácticamente he olvidado traduciría por «El PP no debe premiar a los traidores».

Quizás esté yo equivocado y todo sea por demasiada diligencia del presidente del PP local en aplicar la falaz política de que mejor sumar que restar; y digo falaz porque no siempre sumar es precisamente lo mejor: como dice la conocida máxima si a un cesto de manzanas sanas se le «suma» una podrida no sana la podrida sino que se pudren las sanas. Resumiendo: Decía Napoleón que «Una cabeza sin memoria es como una fortaleza sin guarnición».