El Consell contrató por 15 millones a Calatrava para unas torres hoy descartadas

El Consell contrató los servicios del arquitecto Santiago Calatrava para la redacción del proyecto de las conocidas torres que llevan su nombre, por un valor total de 15 millones de euros. Así se deduce del documento mercantil firmado entre el entonces director de la Ciudad de las Artes y las Ciencias S.A. (CACSA), Jorge Vela, y el arquitecto, en septiembre de 2005, al que ha tenido acceso Esquerra Unida.

En el documento de 14 páginas se detallan las condiciones en las que Calatrava y la Generalitat acordaron la compra del anteproyecto para la construcción de tres torres de 58, 70 y 80 plantas y un bloque poligonal de ocho alturas. El destino de los edificioes era el de una urbanización de viviendas de lujo, cuyo coste total ascendía aa 335 millones de euros.

El portavoz adjunto de EU en Les Corts, Ignacio Blanco, mostró ayer el contrato al que su grupo ha tenido acceso tras registrar la petición en la Cámara, días después de que el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, se mostrara dispuesto a enseñar los contratos del Gobierno valenciano a quien los solicitara. Según Blanco, el proyecto, cuya viabilidad está cuestionada en el mismo contrato, era «oneroso» a los intereses de la Generalitat y «muy beneficioso» para el arquitecto. Además, denunció el papel de la administración pública, «de mero promotor de viviendas de lujo».

Según el informe de la Sindicatura de Cuentas de 2005, Santiago Calatrava percibió 2,7 millones de euros a los 15 días de rubricar el contrato con CACSA, mientras que del resto de honorarios (dos pagarés de 6,2 millones cada uno) no hay constancia de que se hayan satisfecho. La Generalitat y el técnico fijaron como fecha para el cobro final de lo que correspondía a Calatrava por el proyecto diciembre de 2006. En total, el arquitecto se quedaba con 15 millones de euros. O lo que es lo mismo, el 60% del 7,5% de los 335 millones del coste de la obra. Además, facturado sin IVA, porque su domicilio está en Suiza.

EU denunció también que las fechas de anuncio del proyecto y de firma del contrato sólo se llevan seis meses entre sí, de lo que se deduce que igual Calatrava «cobró por un proyecto que ya tenía hecho o que era para otro lugar».

Lo cierto es que las torres de Calatrava no serán construidas finalmente y la Generalitat sigue buscando comprador para el solar en el que debían alzarse. La parcela sigue estando en venta.