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F. RICÓS
Martes, 1 de noviembre 2011, 20:56
La jornada parlamentaria del PP valenciano, en la que ayer se analizaron los presupuestos de la Generalitat para 2012, iba a finalizar con una sonrisa pero acabó con irritación para un buen número de diputados populares. ¿La culpa? Una de las obras maestras del cine: 'Sopa de Ganso', de los hermanos Marx.
En la última reunión de este tipo, el portavoz del PP, Rafael Blasco, ofreció a sus señorías 'Invictus', película dirigida por Clint Eastwood y protagonizada por Morgan Freeman. «Se proyectó antes de las autonómicas y era una forma de arengar al personal. Aquello se entendió pero la película de los hermanos Marx ofrece muchas más lecturas», apuntó un diputado. Y trajo cola.
El síndico popular quiso que los diputados que no hicieron puente -por allí no apareció Rus- y acudieron a las jornadas del presupuesto se rieran con una película que, a su juicio, emulaba el fin del Gobierno de Rodríguez Zapatero, en la que un presidente, tras sustituir al anterior gobernante derrocado por sus problemas con la Administración y los aristócratas, toma decisiones disparatadas y acaba abocando a su país al desastre.
En la película también aparece una aristócrata de peso que hace y deshace aunque es incapaz de controlar al protagonista, el nuevo presidente, Rufus T. Firefly (Groucho Marx).
'Sopa de Ganso' da para muchas lecturas, como coincidieron en señalar unos cuantos parlamentarios. Muchos hicieron la suya, que poco tenía que ver con el fin del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero. Hubo numerosos diputados que empezaron a asociar personajes de la cinta, estrenada en 1933, con actores de primera línea de la política valenciana actual y de hace pocos meses. Que si el antecesor de Groucho era Camps, que si la aristócrata ejercía de Rita, que si Fabra... entre otros. «Quieras o no, todos hacemos una transposición psicológica de los personajes», explicó un diputado popular. «Puede haber interpretaciones amplias y cada uno puede considerar lo que quiera», indicó otro parlamentario entre sonrisas.
El presidente Fabra, que acudió a la jornada parlamentaria y comió con diputados y consellers, se marchó muy poco después de iniciarse la proyección -al parecer sin dar demasiadas explicaciones- y con él muchos miembros de su Consell. Inmediatamente después ,la alcaldesa de Valencia, Barberá, también dejó la reunión.
Un buen número de parlamentarios que no estaban conformes con la mofa y dura crítica hacia la clase política que hace la película abandonaron la sesión. Fue un goteo. «Con lo que está cayendo desde hace tiempo en la política no es esta la mejor muestra de cine», aseguró otro parlamentario que alentó a todos los diputados que le quisieron escuchar a abandonar la sala.
Otros más se inclinaron a pensar que no era la película «que tocaba» en una jornada en la que se hablaba de los presupuestos de la Generalitat para el año próximo y los recortes que conllevan.
Hubo incluso diputados que aprovecharon para dar una cabezadita, como si estuvieran en el sillón orejero de casa viendo los documentales de La 2, y al abrir los ojos, de manera discreta, se lelevantaron y se marcharon.
Una media hora antes de que acabara la proyección, solamente quedaban una decena de personas en el salón viendo la película y pocos eran diputados. Todos los demás -el grupo del PP está formado por 55 miembros- se habían marchado. El final de la jornada parlamentaria evidenció que los parlamentarios del PP acabaron sin ganas de reirse y menos con una parodia sobre ellos mismos, los políticos, llevada a la gran pantalla hace ocho décadas.
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